Sus obras forman parte de notables colecciones nacionales e internacionales y han sido parte de importantes galerías y de subastas de arte en Nueva York, Europa y México.
Su obra, catalogada como informalismo abstracto, no partió del dibujo sino del lienzo en blanco, a partir del cual iba bosquejando los trazos según lo dictaban sus sensaciones y angustias existenciales.
Fue una mujer excepcional de gran talento y aguda inteligencia; sus intensos ojos azules miraban al mundo y a los humanos desde su muy particular y subjetiva observación de formas, colores vibrantes, y fuegos intensos.
Alcanzó la abstracción pura por medio de una serie de pinturas sintéticas radicales realizadas en París entre 1949 y 1951, conocidas como Líneas coloreadas sobre fondo blanco.