En 1889, abandona la pintura de efectos dramáticos que era costumbre enviar al Salón Oficial y aborda el paisaje y la figura, con un colorido próximo al de los impresionistas.
Su producción transita distintas etapas: realismo mágico, neocubismo, expresionismo, fauvismo; sin embargo, la presencia de lo real es una constante a lo largo de su obra.