Lygia Clark
Lygia Clark, co-fundadora del movimiento brasileño Neo-Concrete, hizo pinturas y esculturas abstractas y geométricas que reinventaron la relación entre el espectador y el objeto. Sus piezas más conocidas incluyen pinturas asimétricas y dibujos de planos en blanco y negro, y obras pioneras de arte participativo llamadas “Bichos” (en portugués, “bestias”): esculturas de metal con bisagras que Clark invitaba a los espectadores a reorganizar. A partir de la década de 1960, la artista reinventó su práctica mientras exploraba el potencial del arte como herramienta terapéutica para estructurar el yo.
BIOGRAFÍA
LYGIA CLARK (Belo Horizonte, Brasil, 1920 – Río de Janeiro, 1988)
El trabajo de Lygia Clark es múltiple, complejo y desafiante. Treinta años después de su muerte, sigue siendo una de las artistas más comentadas e influyentes del arte contemporáneo en Brasil y en el escenario internacional. Instituciones como MoMA NY, MAM-SP, Pinacoteca de São Paulo y MAM-RJ presentaron, en las últimas décadas, grandes muestras retrospectivas de su trabajo. El nombre de Lygia Clark siempre surge cuando se trata de la participación del público, rompiendo paradigmas y la relación entre arte y vida.
Lygia fue una de las fundadoras del Grupo Neoconcreto, que propuso una expansión de los principios del arte concreto en São Paulo, incorporando expresión en oposición a la exacerbación del racionalismo. Durante este período, la artista utiliza pinturas industriales y placas de formica en sus pinturas para crear composiciones que crean efectos de profundidad y juegan con la percepción del espectador. Ella no pone marcos en los lienzos, simbolizando la ruptura en la distancia entre el arte y el espectador. Poco a poco, su interés se vuelve tridimensional: con “Casulos” crea relieves que salen de las pinturas; realiza esculturas y objetos con materiales industriales, como “Trepadores”.
El siguiente paso es romper la separación entre los objetos artísticos y públicos. Lygia crea los animales, estructuras móviles hechas con placas y bisagras de metal, que deben ser manipuladas por personas. A partir de ahí, su producción parte de la idea de que el artista es un proponente de situaciones y no el creador de obras cerradas. Comienza a proponer acontecimientos y performances que demandan la participación del público, como “El yo y el tu: Serie Ropa-Cuerpo-Ropa” (1967) o instalaciones inmersivas, con una fuerte carga simbólica y psicológica, como “La casa es el cuerpo: Laberinto ”(1968).
Desde 1976, la artista utiliza sus Objetos Relacionales en prácticas terapéuticas. Sugiere que sus pacientes recuperen la memoria de su cuerpo, de las sensaciones creadas por las bolsas de plástico llenas de semillas, aire o agua; medias que contienen bolas; piedras y conchas.
Lygia Clark es uno de los nombres más importantes del arte contemporáneo. Sus obras forman parte de las colecciones de los museos de arte más importantes del mundo.