Leoncio Sáenz
Leoncio Sáenz (Nicaragua, 1935 – 2008) por medio de su pintura logró rescatar símbolos de la cultura prehispánica y colonial creando con ello bellísimos murales donde refleja el mestizaje propio de América, con la finalidad de difundir las expresiones folclóricas de los pueblos nicaragüenses.
Leoncio recuperó el arte indígena prehispánico de Nicaragua, es decir nuestra identidad autóctona, nuestro pasado indígena, en resumen es considerado como el mayor dibujante del país.
La crítica de arte argentina Marta Traba cataloga su pintura como una de las “variables posibles entre el postcubismo y el pop” del arte de la América Latina.
Rescató también la religiosidad popular de nuestra cultura mestiza, es decir lo indígena y el catolicismo colonial español. Fue el creador de una pintura que reúne leyendas del mundo prehispánico y colonial, de dibujos que relatan sus mitos e historias. Leoncio es una leyenda en el mundo de la plástica nicaragüense por su dibujo de líneas puras, expresivas y meditadas.
Leoncio introdujo en su pintura elementos de la cerámica indígena, nuestros jeroglíficos y pinturas rupestres precolombinas, le encantaba el arte precolombino maya, azteca, y el matagalpa de Chaguitillo, y dicho con sus propias palabras “nuestras verdaderas raíces”.
BIOGRAFÍA
LEONCIO SÁENZ
Leoncio Sáenz nació el 13 de enero de 1935 en Pacsila, comarca al norte de la ciudad de Matagalpa, donde pasó su niñez. Descubrió que quería ser pintor cuando de pequeño veía las ilustraciones en los libros. Cuando Leoncio tenía 13 años, el obispo local tomó nota de sus habilidades artísticas y organizó su estudio en la escuela secundaria San Luis Gonzaga en Matagalpa. Seis años después, en 1954, Sáenz se mudó a Managua gracias a la beca que recibió por ganar el Premio Nacional de Bellas Artes. en busca de más capacitación. Allí estudió con el maestro Rodrigo Peñalba. Comenzó como pintor primitivista, pero luego desarrolló su propio estilo: mitos nicaragüenses precolombinos y coloniales que le dio prestigio internacional.
En los años 60, fue miembro fundador del grupo Praxis ( con Alejandro Aróstegui, Tata Vanegas, Genero Lugo, César Izquierdo, Luis Urbina, Arnoldo Guillén, Orlando Sobalvarro, entre otros). También fue fundador de la «Unión Nicaragüense de Artistas Plásticos Leonel Vanegas» (UNAP). En 1963 representó a Nicaragua junto con Armando Morales en la exposición de Madrid «Arte de España y América».
En los años 70, Saénz creó una serie de murales en edificios de toda la ciudad. Responsable de los murales más grandes de Nicaragua (de 30 metros de largo), dio vida al Tiangüe, o mercado indígena, en las paredes de un supermercado en la Plaza de España. Este es ampliamente considerado su mejor y más importante trabajo.
Tocó diversas temáticas, desde obras que representan las raíces de su gente, obras testimoniales de resistencia a la conquista española, hasta temas sociales, folclóricos y religiosos. Pintó ciento de cuadros al óleo y muchos murales en edificios, su estilo de pintura se reconoce al instante, por su originalidad.
“El Tigre de Pacsila”, como le gustaba que le llamasen, y a menudo llamado el «Padre del dibujo» de Nicaragua, Leoncio Sáenz fue merecedor de varios premios en los que destaca la “Orden Rubén Darío” en 1988. En 2007 fue nominado por la comisión nicaragüense de la Unesco para el proyecto de declaratoria como Tesoro Humano Vivo.
Le gustaba vestir camisas con motivos indígenas americanos y usar el cabello largo donde se ponía una pluma de indio para mostrar su acercamiento con esa etnia.
Falleció el 8 de julio de 2008 en su ciudad natal, Matagalpa y se le ha llamado “Padre de Dibujo Latinoamericano”.