Francisco Hernández

Nací en Navarra-España en 1947, me bautizaron en la Románica Iglesia de Santa María la Real de Sangüesa tan recoleta y eterna. Llegué al puerto de Buenos Aires una mañana de Julio de 1949, que mis padres me la contaron fría e incierta. Luego mi memoria de niño se remonta a una casona señorial del barrio de Caballito, propiedad de mi tío Cesáreo, ateo y socialista, genéticamente ético, al que siempre recuerdo con su pétrea cabeza de hidalgo castellano asomarse por detrás de algún libraco de tapas rojas, casi siempre sobre temas de campañas y fronteras o historias de la República Española. Esta imagen me lleva al ejercicio de la lectura que hasta hoy me asiste y que ha crecido a la par de mi vocación con las artes plásticas. Mi labor conforma una tríada que son; las Artes, la escritura y los proyectos culturales que ejercite con el aprendizaje constante de nuevas técnicas plásticas. Mis primeros pasos en Dibujo los di en el Colegio Wilfrid Barón de los Padres Salesianos y luego en la Escuela de Bellas Artes y en el Colegio Ward en su Departamento de Artes Visuales. Llevo realizadas desde 1972, más de 200 Exposiciones colectivas e individuales por selección de jurado, donde obtuve más de 30 premios a nivel municipal, nacional e internacional, y también varias exposiciones individuales en universidades nacionales. En cuanto a mis proyectos Culturales, son más de una decena, el más difundido fue Crearte- “Artes un recurso para la comunidad educativa rural” del que fui fundador y director de arte desde 1998. Dicho proyecto fue apoyado y becado por las Fundaciones Arcor y Antorchas, obtuvo, Mención de Honor. de la Fundación Poder Ciudadano, en el Programa de “Aulas sin Fronteras”. Recibió un Premio Presidencial a la Educación Solidaria en 2005, dicha labor me llevó a las mismas entrañas de la pampa húmeda, zona muy fértil pero que alberga carencias sustanciales. El proyecto Crearte fue candidato a la Beca Guggenheim Memorial Foundation de New York en el año 2000/2. Mis escritos son íntimos e inmediatos, escribí y guarde como un mastín atesora un hueso para si. Mis temas, son las artes, la historia, la filosofía, en una palabra las humanidades. Siempre me llamó la atención de porque ciertos hombres tienen la imperiosa necesidad de crear, y están acicateados a ello obsesivamente. Con el correr del tiempo estos temas tomaron forma en libros, notas o ensayos, en Periódicos como La Barra de Buenos Aires- Poetas del Mundo de Chile o el Gallo en Alpargatas de Haifa- Israel o el Periódico de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, muchas de estas notas han sido ilustradas por mi autoría, y así como hay libros de artista, he intentado hacer “Notas de Artista”, donde la letra y el color, dialogan en un mismo espacio de tiempo compartido. Mi familia materna trabajo en el antiguo periódico “El Pensamiento Navarro” en Pamplona, en los años de la Guerra Civil Española. Por ese entonces mi madre con sus 16 años hacia los paquetes para la distribución del Diario, y a cada rato le tocaba correr a protegerse en los improvisados refugios, y mi tío José María Rodrigo, llegó a ser Director, en momentos en que España se desgajaba entre hermanos. Esta pequeña biografía cruzó el atlántico. Y como decía Don Miguel de Unamuno, “que un Español se termina de construir con su experiencia Americana”. Mis notas culturales o sobre Arte, tienen el inconfundible olor a trementina del taller. Conozco el profundo vacío del artista cuando este boya en el margen de la vida, en su intemperie, en ese intransferible calvario, que no se porque misterio, se suele llevar gozoso. También hay espacios luminosos de intima creación, con música que sabe a grillos. Aún hoy, persigo un color nuevo y una palabra justa, la letra y la pincelada, que nos acerque hacía una hermandad más estrecha entre los hombres. En mi taller tengo una caja de cartón, allí guardo más de cien diplomas, que al verlos me producen cierto regocijo, más también en los altillos del taller habita el desgarro, que luego el arte ha de transformar. Todavía el sueño permanece intacto. Por parte de mi madre heredé la sangre y la lengua castellana y de mi padre el impulso de las manos. Realice varios Cursos de Posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella, en su Departamento de Artes, sobre Arte Contemporáneo y Crítica de Arte. Expuse en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y en el 2011 obtuve el Premio Maestro Almafuerte, por una columna de gráfica. Este año me adjudicaron el 2º Premio en Dibujo y una Mención Especial en el 77º Salón de Otoño de la SAAP, Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y fui invitado al Premio González Ruano de Periodismo en Madrid España 2012 que organiza la Fundación MAPFRE. Cuando trabajo, escucho a César Frank, siempre estoy atento a la letra o a la idea de un proyecto por venir. En mi taller, aún hoy, a mis óleos no los seca el olvido, todavía late el sueño que precede al plan y el plan que se cristaliza con el trabajo cotidiano. Aún hoy, me acompaña el impostergable ejercicio de la vida y de la libertad, como valores y herramientas, en el desarrollo de las Artes y de las Letras.