Ana Sokol

Ucraniana, llegada a la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial desde un pequeño pueblo de nombre cambiante, la peluquera Ana Sokol fue, además de una experta artesana de los cabellos, una pintora rara y mítica que cayó en el olvido. Vivió momentos de gloria durante los años 60 –aunque no un estrellato, nunca tuvo un éxito abrumador– y luego pasó a vivir y finalmente morir sola, olvidada, en un asilo porteño, en 1989.