Ana Sacerdote

Intervino creativamente empapada de las ideas de su tiempo, acompañando el radical movimiento en el que la pintura se apropió de sus propios medios de representación y, más tarde, haciendo uso tempranamente de nuevos medios.

Ana Sacerdote es una artista casi secreta en el medio local. Su obra está fuertemente impregnada por la influencia de las formas musicales cuya relación con las formas plásticas, exploró en un texto publicado en la década del 50, así como en un originalísimo cortometraje  Essai de Couleur Animée.
En el ensayo introductorio del catálogo publicado en ocasión de la muestra, José Emilio Burucúa señala:
“Es paradójico pero, en silencio, Ana Sacerdote ha realizado en Buenos Aires la versión más rigurosa, consecuente y sistemática de una pintura musical que hayamos conocido en el arte moderno. Su traducción al lenguaje sonoro parece posible. Merced al desvelo de una artista europea exiliada en la periferia sudamericana y estimulada por la riqueza conceptual y estética del movimiento concreto en la Argentina, la pintura abstracta dispone ya del equivalente de los catorce cánones que Bach compuso sobre las ocho primeras notas del bajo de las Variaciones Goldberg (BWV 1087). Me atrevo a decir que el experimento de Ana superó en su radicalidad a los de Kandinsky y Klee.”