Aída Carballo
La argentina Aída Carballo fue una artista de formación y actuación polifacética, cuya producción más numerosa está vinculada a la gráfica. La ciudad y las personas que la habitan son temas recurrentes en la producción gráfica de Aída Carballo (Buenos Aires, 1916-1985). Sin embargo, una serie de obras gráficas de su autoría, producidas a fines de la década del cincuenta y principios del sesenta, invitan a revisitar su inscripción en la tradición gráfica figurativa.
BIOGRAFÍA
AÍDA CARBALLO (Buenos Aires, Argentina, 1916-1985)
Expresionista, retratista de lo cotidiano, Aída Carballo, alterno su producción artística con períodos de internación psiquiátrica. Carballo es, también, una de las figuras más recordadas por su docencia en las escuelas de Bellas Artes.
La grabadora apasionada, la mujer divertida y misteriosa, la interna solitaria que dibujaba los rostros de los locos, la pasajera que retrató como nadie el universo urbano del colectivo. Protagonista de una vida singular y reconocida como una de las mejores grabadoras de América.
Reseña
Aída Carballo fue una artista mujer y grabadora prolífica que egresó de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en 1937. Continuó su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y en la Escuela Nacional de Cerámica. El grabado, la cerámica, el dibujo, la ilustración y la pintura dan cuenta de su vasta producción.
Gran parte de su obra está dividida en las series: Los locos (1963), Los Amantes (1965), Los levitantes (1967), Los colectivos (1968) y Las muñecas (1975). Además, el autorretrato es una temática frecuente dónde se refleja el deseo de Aída de hacernos partícipes de su vida. Sus piezas definen no sólo un modo de vida particular en un espacio y tiempo precisos (Buenos Aires de los 60) sino también un tono y una mirada hacia esa realidad.
El grabado es el instrumento que utiliza para estampar las imágenes de su cotidianeidad. Lleva estas imágenes a la expresión más cruda despojándose del color, inclinándose así hacia la sátira, su dibujo nunca perdió lo grotesco y marginal. La artista lo definió así: “Yo creo tener dos fuentes de inspiración […] Una muy irracional, sumergida en una zona inconsciente, sutil. Y la otra el entorno. Yo extraigo la anécdota de los aconteceres cotidianos: del colectivo repleto, de la calle, de los patios, de los vecinos, así como viene de afuera yo lo recibo y lo asocio a aquella sensación interior. Así hago que confluyen ambos ríos”
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La locura forma parte de su vida, sufrió de varias internaciones psiquiátricas con diagnósticos de alucinaciones auditiva, delirio polimorfo,amnesia nominal... ella decía no estoy loca yo deliro porque sueño despierta...
Su obras principales y más conocidas se centran en series: La serie de los Levitantes (1967)...Las escenas de esta serie tienen un notorio clima surrealista y fantástico. En La sospecha, mientras la figura del detective asciende desde un sótano a una habitación que está en segundo plano, el criminal levita en primer plano ante la mirada sorprendida de un gato. Como en el juego de las diferencias, sobre esta obra terminada (una xilografía de 1969) se ofrece también el boceto a lápiz, en donde pueden rastrearse ciertos detalles, luego omitidos en el grabado. La levitación en esta serie se presenta en algunas obras como algo extraordinario y en otras como un ejercicio casi rutinario, lo que le confiere a la serie múltiples aproximaciones e interpretaciones.
La serie de los locos (1963)...Estaba permanentemente confusa y a la vez tenía una lucidez extrema. Me negué a pagar más cuentas, que en esos lugares son siempre abultadas y no había más opción que ir al Vieytes. La primera noche fue un auténtico pavor. Aquello difería sensiblemente de lo que yo conocía.” En su diario de internación, A.C. consigna: “Lunes. Sensación de opresión. Grito. Muchas locas. Me ponen el chaleco. Noche monstruosa, día dopada. Nuevo médico atiende mi relato confuso. Lugar horrendo (…) Vinieron dos nuevos médicos. Me escucharon. Conté y relaté todo lo sucedido, entrecortada. Si supieran lo extraordinaria fuerza de voluntad que hago para sobrevivir. Todo es hostil. Siempre me mienten o casi siempre. Las locas son realmente extraordinarias, dicen cosas que a veces no sé qué pensar por lo ajustadas al mundo que me rodea… Me siento sin esperanza, tal vez por años. Sabe, quién dirige esto, cómo matar el arte”.
y La Serie Los amantes (1965) ....la artista ve con sus ojos que la sociedad necesita desprejuiciarse con el tema del amor el error fue colocar el amor como un tema moral, la serie de los besos /parejas (1979)... Imaginaba a los protagonistas entre el polen, los insectos, los animales y tambien los seres humanos,.la a que realmente impactó fue la Serie los Colectiveros (1968), la expuso por primera vez en 1968 y se la dedico a todos los pasajeros del colectivo, menos al conductor. Aun así el sindicato de propietarios de ómnibus no se ofendió, es más muy emocionados le otorgaron el boleto universal que le permitía viajar gratis en cualquier línea a cualquier parte. Año 80 Implementa la serigrafia como nuevo modo de expresión en serie hasta ahora algo inédito en ella, totalmente influenciada por el Arte Pop, en su composición de la imagen, tamaño de la obra y el uso de los colores complementarios.
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Nacida en Buenos Aires (San Telmo), discípula de Pío Collivadino, estudio en la escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y asistió a la escuela Superior Ernesto de la Cárcova y la Escuela Nacional de cerámica, tuvo como maestros Ceferino Carnacini y Adolfo Bellocq.. Aida comenzó a grabar hacia 1945. Estudia pintura mural bajo la dirección de Alfredo Guido en 1951.
Premios: Primer Premio Salón de Acuarelistas y Grabadores 1948, Gran Premio Adquisición en el 18 Salón de la Plata en 1949 obra, La calle, el corazón y la lluvia.
Segundo Premio de Grabado en el Salón Municipal de 1960. Premio del Salón Nacional de 1963. Gran Premio de Honor 1964 y Premio Fondo Nacional de las Artes de 1965. Premio fondo Nacional de las Artes de 1977.
Profesora en las escuelas de bellas artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón.