María Obligado de Soto y Calvo

Fue una pintora argentina que creció en el seno de una familia porteña acomodada. Estudió arte en el país con el profesor italiano Giuseppe Agujari, pero su ambición la motivó a trasladarse a Europa para perfeccionarse. Tras casarse con el escritor Francisco Soto y Calvo, se dirigió a París para profundizar su formación artística y su conocimiento de la historia del arte. La pareja viviría entre Argentina y Europa desde 1888 hasta 1910.

María Obligado estudió en la Académie Julian, institución parisina destacada por brindar a las mujeres una educación artística similar a la de los varones, en tiempos en que muchas otras escuelas de arte no permitían su ingreso o les prohibían tomar clases de desnudos con modelo vivo.

Durante su estadía en París, María Obligado expuso en el Salón de la Société des Artistes Français en 1900, 1901, 1902 y 1909. Si bien sus exposiciones recibieron abundantes y generosas coberturas en la prensa argentina, como bien señala Gluzman (2016): “A pesar de haber expuesto en este prestigioso espacio, la artista permaneció marginada de la historia de los argentinos que “conquistaron” París”.

Tras su extensa experiencia francesa, María Obligado regresó a la Argentina con un extraordinario corpus compuesto por centenares de obras. Éste aborda una gran diversidad de géneros artísticos —paisajes, retratos, escenas de género e históricas, cuadros de animales y naturalezas muertas— y de recursos plásticos, ubicándola dentro de la «actitud ecléctica» de sus contemporáneos.

En la Argentina, expuso en la galería Witcomb, en el salón del Ateneo de Buenos Aires, junto a Julia Wernicke, y en la Exposición Internacional de Arte del Centenario en Buenos Aires, junto a otras siete artistas mujeres, entre ellas, Eugenia Belín Sarmiento.