Aclamado por Jean Arp como “la perfección de los cubistas de Cuba”, Arcay surgió entre la generación de posguerra de la Escuela de París como pintor, muralista y grabador.

Nació en la Habana el 10 de octubre de 1925, desde 1943 a 1945 estudia en la escuela nacional de Bellas Artes “San Alejandro», en la Habana, Cuba. Wilfredo Arcay llegó a París en 1949. Continuó su educación en Francia en la Grande Chaumière y con Edgard Pillet y Jean Dewasne en su Atelier d’Art Abstrait, adaptándose rápidamente en el ambiente de la abstracción post-cubista. En 1951, invitado por André Bloc, el influyente editor de la revista Art d’Aujourd’hui, Arcay instaló un estudio en la villa de Bloc en Meudon, mezclándose allí con luminarias de la vanguardia histórica como Arp, Robert y Sonia Delaunay, y Fernand Léger.

Aunque era famoso como grabador, Arcay sólo pintó durante los años 50 y 60, enviando obras al Salon des Réalités Nouvelles (1951-54) y regularmente a Cuba.
En 1951 se presenta en la 1ra Bienal Hispano americana de arte Madrid, España. En 1952 se presenta en el Salon de Realites Nouvilles Musee d´Art Moderno de la Ville de Paris.
Conjuntamente con el alemán Horst kalinowsky y el venezolano Pascula Navarro expone en la Galería Arnaud de París, en 1952. Como parte de la delegación cubana expuso en la III Bienal de São Paulo, Brasil, 1955 y frecuentemente en la Galería Color-Luz de La Habana, fue un pionero de la abstracción geométrica. En 1987 en el Tour Internacional d´Art Edición Saga 87, Grand Palais, Paris, Francia.

En 1953 pasa a ser miembro del constructivista Groupe Espace, de Francia, fundado por Bloc y Félix Del Marle en 1951, y desde 1958 a 1961 del efímero grupo cubano Los Diez Pintores Concretos (1959-61), Arcay personificó la rica diversidad e internacionalismo de la abstracción de posguerra.

El artista fue incluido recientemente en la exposición del Reina Sofía de Madrid en 2019, artistas extranjeros en París 1944-1968.

Diez Pintores Concretos
Grupo fundado en La Habana en 1958. Tenía su sede en la Galería de Arte Color-Luz de la capital cubana, que había sido inaugurada un año antes por Loló Soldevilla y Pedro de Oráa. Jugaron un papel crucial en la difusión en Cuba del arte abstracto-geométrico que estaba totalmente en línea con lo que se hacía en las capitales del mundo del arte.
El desarrollo de la abstracción geométrica en Cuba y, en concreto, la formación de Los Diez, coincidió con los cambios políticos y culturales radicales que se prolongaron todo por el país en los años 50. Esta década estuvo marcada por los disturbios y la corrupción generalizadas tras el golpe militar de 1952 encabezado por Fulgencio Batista. Culturalmente, Cuba experimentó el crecimiento de sentimientos nacionalistas instigados en parte por la afluencia del turismo y bienes materiales estadounidenses. Al mismo tiempo, La Habana estaba pasando por la rápida urbanización y convirtiéndose rápidamente en una ciudad internacional. Con este vibrante telón de fondo, los artistas buscaban un nuevo lenguaje visual en el que el arte, especialmente el arte abstracto, pudiese funcionar como práctica política y social.
El grupo se desintegró cuando la galería cerró en 1961.
Más allá de Soldevilla y Oráa, sus miembros fueron: Pedro Álvarez, Wifredo Arcay, Salvador Corratgé, Sandú Darié, Luis Martínez Pedro, José Mijares, Rafael Soriano López y José Ángel Rosabal.