El movimiento informalista, del que formó parte Torras, fue una experiencia bisagra hacia el conceptualismo, los happenings y las performances que definirían el paisaje de la segunda mitad de los años sesenta. Su arte se caracterizó por la abstracción ligada a la potencia del color, la fuerza de la materia y gesto pictórico. La vida de Torras fue breve. Sin embargo, sus obras de grandes dimensiones, abstractas y de colores vibrantes, permanecen a través del tiempo y la mantienen viva aún hoy.

SILVIA TORRAS  (Barcelona, España, 1936 – D.F., México, 1970)

Llega a la Argentina con sus padres el mismo año de su nacimiento. Realiza estudios en las Escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón para continuar su formación, en 1956, en el taller de Kenneth Kemble, quien luego se convertiría en su pareja. Expone individualmente por primera vez, en 1960, en la Galería Peuser. En 1962 se presenta nuevamente en Peuser y obtiene la Mención de Honor en el Premio Ver y Estimar. También, formó parte de varias muestras colectivas de reconocimiento internacional como el Premio Di Tella en 1963 y el de Arte Destructivo dos años antes en el que participaron artistas de la talla de Antonio Seguí, Luis Wells, Jorge López Anaya y Enrique Barilari, entre otros. Expone, además, en la muestra Arte Argentino Actual, realizada en el Museo de Arte Moderno de París. En 1963 abandona la pintura y se instala en México.
Si bien la vida de la artista terminó de forma prematura y abrupta, su legado vive a través de sus obras. Silvia Torras murió en 1970, a sus 34 años, en Cuernavaca, México.