En 1955 su obra integra la Sala Permanente de Artes Plásticas del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.

ROBERTO DIAGO (La Habana, 1920 – Madrid, 1955)

Nació en La Habana el 13 de agosto de 1920, hijo del violinista cubano Virgilio Diago de quien heredó además extraordinarias potencialidades musicales que quedaron indudablemente referidas dentro su obra plástica.

Cursa estudios en la Escuela San Alejandro entre 1936 y 1941. En 1937 participa en el Estudio Libre de Pintura y Escultura, junto a figuras de la primera vanguardia artística cubana. En 1942 obtuvo mención en el XXIV Salón de Bellas Artes. Trabajaba en un taller que compartía con los escultores Eugenio Rodríguez, Rolando Gutiérrez y Nuñez Booth, en Obrapía y San Ignacio, todos unidos por el común deseo de hallar una forma plástica eminentemente cubana. El grupo forma parte de los artistas vinculados a la primera galería permanente de Cuba: la Galería del Prado. Realiza su primera exposición personal en la que exhibe dibujos y gouaches en el Lyceum de La Habana en 1944. En este año es invitado a participar en la importante muestra Modern Cuban Painters en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Al mismo tiempo trabaja como director artístico de la publicación habanera Artes. Expone en Nueva York, Puerto Príncipe, y La Habana.

También participa en importantes eventos internacionales como la Exposición de pintura cubana moderna, Palacio de Bellas Artes, México D.F. y la Exposición panamericana de pintura moderna, Museo de Bellas Artes, Caracas. Por esta época realiza algunas de sus obras más conocidas, de ascendencia afrocubana, como Abanico, 1945, La Virgen de la Caridad, 1946 y El oráculo, 1949. En 1949 es fundador de la Asociación de Pintores y Escultores de Cuba (A.P.E.C).

Su obra llama la atención de Alfred H. Barr Jr., quien adquiere una tinta de su serie Cabezas para la colección Latinoamericana del Museo de Arte Moderno de Nueva York

Durante la década del 50 marcó un giro dentro de la orientación general neosurrealista de la obra a medida que su vínculo con la abstracción se consolidaba y lleva a cabo muestras personales como Diago y Estopiñan en el Lyceum de La Habana y otra realizada en la Panamerican Union, en Washington. Participa en importantes exposiciones en Europa como Art Cubain Contemporain, Museo Nacional de Arte Moderno, París y la XXVI Bienal de Venecia.

En 1953 realizó una relevante exposición: Roberto Diago, en la Pan American Union, en Washington D.C., que incluyó óleos, dibujos, collages y proyectos para cerámica y que le atrajo numerosos elogios de la prensa especializada. Sus cuadros se expusieron en Argentina, Suecia, Guatemala, Francia y la antigua Unión Soviética, y él mismo viajó acompañando su obra a los Estados Unidos, Haití, México y España. El 20 de enero de 1955, durante un viaje de estudios realizado a Madrid, Roberto Diago muere trágicamente, dejando a la posteridad una obra trunca y todo una original iconografía sin decodificar.

En 1955 su obra integra la Sala Permanente de Artes Plásticas del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana.