Definió su trayectoria bajo la influencia de las ideas de vanguardia como de diversas manifestaciones de la cultura popular.

MARÍA IZQUIERDO (México, 1902 – 1955)

Pasión y melancolía.

Reseña

Nacida en San Juan de los Lagos, Jalisco, María Izquierdo se casó con un militar siendo muy joven. Con dos pequeños hijos, se separó de su marido y se mudó a la ciudad de México en una época en que era muy osado para una mujer divorciada el vivir sola y ser pintora. Ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes donde estudió bajo la tutela del pintor Germán Gedovius. Tuvo su primera exposición individual en la ciudad de México en 1929, y poco después mostró su trabajo en el Arts Center de Nueva York. En este mismo año, Izquierdo se involucró sentimentalmente con Rufino Tamayo, y durante cuatro años fueron compañeros y compartieron estudio. Las obras producidas por ambos a finales de los veinte y comienzos de los treinta presentaban varias correspondencias e influencias mutuas estilísticamente. Representaron temas semejantes incluyendo naturalezas muertas, retratos y desnudos. Sus paletas eran también similares. Tamayo compartió con Izquierdo sus conocimientos, enseñándole la técnica de la acuarela. Cuando la pareja rompe en 1933, María ya es dueña de un lenguaje personal que seguirá consolidando por su cuenta y que la colocará entre los creadores más relevantes de la pintura moderna mexicana. Su pintura de la década de los treinta está marcada por una frescura y una espontaneidad asombrosas. Sus óleos y acuarelas son el reflejo de su espíritu libre y plenamente lúdico que da vuelo a una imaginación desbordada y que consigue captar la esencia de la mexicanidad a partir de metáforas poéticas. Sus temas, aparentemente ingenuos, están cargados de una fuerza a un tiempo telúrica y mágica que crea atmósferas místicas preñadas de una singular melancolía y, en algunos casos, de un aire de desolación. Si bien utiliza con gran libertad colores brillantes y alegres, la esencia de sus escenas tiene que ver más con la intimidad y el recogimiento que con la celebración festiva. Otra vertiente de su pintura recoge atmósferas sombrías captadas en tonalidades ocres y tierras relacionadas con el paisaje rural mexicano y, en unas y otras, se percibe una cierta sensación de enclaustramiento por lo hermético de sus composiciones. En 1936 adoptó algunos principios del surrealismo, debido a su amistad con el poeta Antonin Artaud, que visitaba México en ese tiempo. En 1938, María se relaciona con Raúl Uribe, un pintor chileno con quien posteriormente se casa y quién se convierte en su principal promotor. Definió su trayectoria bajo la influencia de las ideas de vanguardia como de diversas manifestaciones de la cultura popular. Como mujer artista sufrió por el monopolio de los muralistas Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, quienes bloquearon sus esfuerzos por pintar murales en la ciudad de México. En 1948 y en plena ebullición creativa, María es víctima de una hemiplejia que le paraliza el lado derecho del cuerpo y le hace perder el habla. Ahí comienza el declive físico que culminará con su muerte en 1955, provocada por una embolia.