En su obra se descubre la vida cotidiana de su comunidad, destacando el rol de la Mujer Wichi.
LITANIA PRADO (Argentina, 1956 – 2006)
Pintora Wichi, Litania Prado vivió en la Misión Chaqueña (Salta), en el corazón del territorio wichi, hasta su muerte. Miembro de una cultura sin tradición pictórica, ha sintetizado sin embargo en su obra, y a través de la utilización de una rica y brillante paleta de colores, los trazos de la vida cotidiana en su comunidad. La alegría y el optimismo brotan de Litania a través del brillo de sus colores. Mixtura de recuerdos, anhelos y sueños, Litania pintó su “aldea” como un testimonio de lo que alguna vez allí fue conocido: el monte frondoso, generoso en animales y plantas. Sus obras cuentan las historias de la pesca, la marisca y la recolección de los frutos en el monte. Como otros pueblos cuyo modo de producción ha sido, hasta hace poco, principalmente el de cazador-recolector, Litania retrata la situación ecológica de interdependencia con la tierra y los animales, que los wichís acostumbraban a calificar de “hermanos”. También las actividades manuales que realizan las mujeres es otro de los temas que se reflejan con minucioso detalle en sus pinturas. Se trata de los códigos ancestrales de expresión artística que la mujer Wichi plasma en una diversidad de dibujos y, que combinando formas y tonalidades, teje con antiguas técnicas en yica. La yica proviene generalmente de la planta del “chaguar”, una planta de la familia de las bromeliáceas que constituyen una parte importante del tapiz vegetal del soto-bosque, de los matorrales y montes típicos del Chaco. El chaguar, tiene numerosos usos además del de la fibra para tejido: es un alimento, es decorativo, medicinal como cicatrizante y mágico, como la piola atada a la cintura de la parturienta y ante quien el chamán celebra un ritual para que el parto sea bueno y el niño nazca bien.
A pesar de las limitaciones que su salud precaria le impuso, esta singular y exquisita pintora wichi nos ha dejado una obra de enorme valor, que se prolonga en una escuela que hoy continúan sus familiares y discípulos.
A pesar de las limitaciones que su salud precaria le impuso, esta singular y exquisita pintora wichi nos ha dejado una obra de enorme valor, que se prolonga en una escuela que hoy continúan sus familiares y discípulos.
La cultura Wichi es una de las culturas del Gran Chaco, zona que abarca los países de Bolivia, Paraguay y Argentina, y cuenta con características parecidas a otras etnias de los pueblos originarios por la relación que ha mantenido y aún mantiene, con la naturaleza – un contacto permanente con el monte, con el río y los pájaros. El pueblo Wichi es un pueblo que vive en permanente armonía con los sonidos y los cantos de la naturaleza ya que como parte de la creación, estos se relacionan con la vida misma y son de gran importancia para la subsistencia de las familias.
El artista Jorge Marino describe su experiencia con Litania Prado, como profesor de pintura de Litania, en Misión Chaqueña, comunidad wichi cerca de Embarcación:
“Acercarse a una comunidad wichi, como la de Misión Chaqueña, es conocer una realidad de carencias, que van desde el despojo de sus tierras, sus tradiciones o su libertad a las necesidades más elementales, sin las cuales es casi impensable el vivir o la supervivencia como nosotros la concebimos. Pero referirnos a Litania Prado es agregar a todo lo anterior los impedimentos de una enfermedad que la mantenía postrada permitiéndole sólo algunos mínimos movimientos.
Desde estas circunstancias me llegó su pedido, ella quería hacer pintura, expresarse con el color. Me acerqué y la conocí. Sus manos se movían con dificultad desde un cuerpo prácticamente inmovilizado. Pero en su rostro había paz, en sus labios, sonrisa y en sus ojos, luz. Como dije, la rodeaba la pobreza más absoluta.
Le acerqué algún material, consejos y enseñanzas elementales. Siempre que podía la visitaba y comentaba sus trabajos, los que pronto adquirieron relevancia y comenzaron a expresar un mundo que me asombraba y me embargaba, no por la capacidad técnica o la factura, sino porque lo que decía era inaudito: Litania que carecía de todo, salvo de la precariedad y del dolor, nos mostraba la vida exultante de alegría y plenitud, de abundancia y dicha; lleno los cielos y la tierra de pájaros, árboles y flores; la belleza en ella era la generosa naturaleza hasta el límite de lo indecible y la felicidad de la existencia”. Litania Prado murió en su pueblo en 2006, cuando tenía cerca de 50 años. en Misión Chaqueña, Salta, Argentina.