LINO ENEA SPILIMBERGO (Buenos Aires, 1896 – Unquillo, provincia de Córdoba, 1964)
En 1913 estudió en la Escuela Nocturna de Dibujo para obreros y hacia 1915 ingresó a la Academia Nacional de Bellas Artes. A este período pertenecen aquellas pinturas que representan el paisaje del interior del país, sus tipos y costumbres, resueltos con un lenguaje naturalista de tono impresionista.
En 1925 viajó a Europa. En Italia estudió a los primitivos toscanos y a los renacentistas. En Paris estudió junto a André Lothe y se vinculó con algunos jóvenes argentinos que integraban el llamado “Grupo de París”, que adhería al retorno al orden, corriente europea del período de entreguerras que pretendía recuperar las conquistas del clasicismo sin perder el concepto renovador de las vanguardias.
López Anaya considera que “es innegable, asimismo, la incidencia de De Chirico y Carrá en Italia, de Waroquier y La Fresnaye en Francia” , artistas que influyeron notablemente en la producción de Spilimbergo. Un cambio rotundo se produjo en su lenguaje: sus composiciones se simplificaron, hubo un despojamiento de elementos, formas y colores y sus obras cobraron mayor fuerza expresiva. El espacio adquirió una particular atmósfera y sus figuras una pesadez escultórica que caracterizarán su obra posterior. “Spilimbergo conserva pilas de dibujos que documentan sus laboriosas tardes de la Chaumiére. En ellos se advierte, como un primer paso preparatorio, la tendencia a la esquematización geométrica del espacio, y a la vez, la reducción de la figura a los arquetipos poliédricos” .
En 1928, a su regreso a la Argentina pinta los temas del país con un lenguaje nuevo: de esta época es “Paisaje”, propiedad del Museo Municipal Juan B. Castagnino que fuera galardonada con el Primer Premio Adquisición del XI Salón de Rosario 1929. En esta pintura se observa la rigurosidad de la construcción espacial, en la que el dibujo adquiere vital importancia, especialmente en la resolución de la perspectiva forzada con el punto de fuga sobre una línea de horizonte alta con respecto a la composición. El extrañamiento de la atmósfera creada por el artista es afianzado por la síntesis formal y la composición geométrica y por los efectos de luces y las sombras, que refuerzan la evocación de la pintura metafísica italiana. “[…] los colores fríos y cálidos se someten a una intencionalidad geométrica creando evidentes triangulaciones en el caso de los rojos y fugas perspectívicas en la coyuntura de los grises, acompañados por el ritmo puntual de los verdes, de diferente saturaciones” .
Esta serie de paisajes de San Juan son el anuncio de su serie “Terrazas”, donde se intensifica el clima metafísico. Es aquí donde encontraremos una relación directa con los espacios de De Chirico: “En ellas explora y tensa al máximo los argumentos plásticos de la tradición figurativa occidental, como la perspectiva y el emplazamiento de personajes en el espacio con lo que logra formulaciones novedosas enraizadas en la tradición de la pintura italiana” .
A partir de los 30 comenzará una serie de retratos de motivos indígenas del norte argentino y del altiplano. En ellos las figuras se vuelven monumentales, el tratamiento de los ojos será característico de este período, resueltos con forma almendrada y de gran tamaño. Las figuras ocupan generalmente el centro de la composición.
El reconocimiento de la obra de Spilimbergo se hace evidente en 1933, cuando obtiene el Primer Premio en el Salón Nacional por su obra titulada “Naturaleza Muerta”. De la misma década y serie es la “Naturaleza muerta” del Museo Municipal Juan. B. Castagnino. Spilimbergo retoma una y otra vez los mismos temas: “Como si todas sus obras no fuesen más que ensayos- algunos logrados, otros no- para llegar cada vez más a lo íntimo de las cosas, vuelve periódicamente Spilimbergo a retocar los mismos temas, a fatigar los mismos paisajes”. “Por eso su evolución puede definirse por una curva helicoidal. Pasa de tiempo en tiempo por el mismo punto, solo que siempre un poco más acá, algo más cerca del corazón verdadero de lo real.”
Es importante destacar también la obra gráfica y mural de Spilimbergo. En los grabados es donde se reflejan especialmente los espacios surrealistas. Ejemplo de estos son los realizados para el libro “Interludio” de Oliverio Girondo; entre 1935 y 1936, realizó una serie de monocopias en las que trata la vida de una prostituta, desde su niñez hasta su decadencia, titulada “Breve historia de la vida de Emma”.
En el campo de la pintura mural hay que destacar su labor realizada en las Galerías Pacífico junto a Antonio Berni, Demetrio Urruchúa, Manuel Colmeiro y Juan Carlos Castagnino. Junto a los tres primeros fundó en 1944 un taller de arte mural con la intención de impulsar esta actividad en nuestro medio.
En cuanto a su actividad docente, comenzó en 1934 como profesor de dibujo en el Instituto Argentino de Artes Gráficas- luego fundación Gutemberg, luego, en 1935 fue designado profesor de pintura de la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1943 ingresó como profesor de pintura de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de la Plata y en 1948 su actividad docente se trasladó desde Buenos Aires al interior del país: organizó y dirigió el Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán hasta el año 1952.
Murió en Unquillo el 17 de marzo de 1964.
Bibliografía
Chiabra Acosta, Alfredo ,1920-1932. Críticas de Arte Argentino, Buenos Aires, Editorial M. Gleizer, 1934
AAVV, Historia Crítica del Arte Argentino, Asociación Argentina de Críticos de Arte, Buenos Aires, Telecom Argentina, 1995.
Burucúa, José Emilio, Nueva Historia Argentina. Arte, Sociedad y política. Vol I, Buenos Aires, Sudamericana, 1999.
Catálogo “Exposición Lino Eneas Spilimbergo”, Santa Fe: Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, Comisión Provincial de Bellas. Artes, Santa Fe, 1939.
AAVV, Obras del Museo Castagnino, Buenos Aires, Rosario, Gaglianone, 1996.
Hurtado, Leopoldo, Lino Spilimbergo, Monografías de Arte Americano, Buenos Aires, Losada, 1941.
Lopez Anaya, Jorge, Historia del Arte Argentino, Buenos Aires, EMECE, 1997
Pagano, J. León, El arte de los argentinos, Tomo II, Buenos Aires, Editorial del Autor, 1937.
San Martín, María Laura, Breve historia de la Pintura Argentina Contemporánea, Buenos Aires, Claridad, 1993.
Catálogo “Novecento sudamericano. Relazioni artistiche tra italia e Argentina, Brasile, Uruguay”, Milán: Palazzo Reale, 2003, (p.69)
Eugenia Calvo y María de la Paz López Carvajal