Lilia Carrillo es sin duda una gran referencia femenina en el arte mexicano y en la controvertida Generación de la Ruptura.
Lilia Carrillo nace en la ciudad de México en 1930. Su obra como la de otros artistas de su generación, revoluciona el lenguaje pictórico en México, lo saca del encierro en el discurso estereotipado de “lo mexicano” producido por los autores del muralismo y protagonistas de la llamada “Escuela mexicana de pintura”, durante la primera mitad del siglo XX. Fue alumna de Manuel Rodríguez Lozano. Más tarde asiste a la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», donde estudia con Agustín Lazo, Carlos Orozco Romero, Antonio Ruiz y Pablo O’Higgins, obtiendo su título de maestra en artes plásticas en 1951.
En 1953 viaja becada a París y estudia en la Academia de la GrandeChaumiere, exhibiendo en la Maison du Mexique y en la Exposición de Artistas Extranjeros en Francia (1954), regresando en 1955 a su país. Durante su estancia en Francia, al igual que muchos de los pintores mexicanos, recibió la influencia de las vanguardias internacionales como el cubismo, el surrealismo, el expresionismo abstracta y el informalismo abstracto.
En 1960 contrae matrimonio con el también pintor y escultor Manuel Felguérez. Su obra se expone en Washington, Nueva York, Tokio, Lima, São Paulo, Madrid, Barcelona, Bogotá y Cuba. En 1966, durante su participación en la muestra Confrontación 66 en el Palacio de Bellas Artes, se suscita un enfrentamiento entre las nuevas tendencias y los últimos representantes de la escuela mexicana de pintura. Este suceso da lugar al nacimiento del grupo conocido como Generación de Ruptura, donde se le reconoce como iniciadora del informalismo abstracto.
Desgraciadamente, un aneurisma en la médula espinal en 1969, la aparta de la pintura hasta su muerte el 6 de junio de 1974.