Juan Pablo Renzi (1940-1992)
Juan Pablo Renzi nació en Casilda (Provincia de Santa Fe, Argentina) el 21 de junio de 1940. Estudió dibujo y pintura con Gustavo Cochet en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Pergamino y entre los años 1960 y 1966 con el maestro Juan Grela en Rosario. Se desempeñó como diseñador gráfico, como profesor en la especialidad Pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova” y dictó cursos sobre teoría del color. Fue jurado en salones y concursos universitarios.
Su actividad artística se inicia en la década del sesenta.
Realiza sus primeras exposiciones con una serie de grandes telas expresionistas que revelan afinidad con los expresionismos europeo y norteamericano..Durante este período, expone junto al grupo de artistas que integró con tres compañeros del taller de Grela. Participa en varios salones y obras experimentales, dicta numerosas conferencias sobre artes plásticas, escribe manifiestos y prólogos de catálogos.
Su obra se inscribe dentro de las líneas del conceptualismo. Etapa en que se produce el abandono paulatino de la bidimensionalidad hacia la construcción de objetos en los que materializa ideas, tales como el contenido de un lago o un charco de agua, utilizando materiales rígidos (aluminio, madera esmaltada, etc.): serie “Representaciones sólidas del agua y otros fluidos”. Sus investigaciones siguen dos líneas simultáneas: una se vuelca hacia la reflexión sobre los espacios vacíos: estructuras, instalaciones y señalizaciones que, por medio de reticulados y otras tensiones, valorizan el espacio no ocupado: “Prisma de aire”, “Grados de libertad de un espacio real”; en la otra, su trabajo es más decididamente conceptual, juega con ideas cuantitativas sobre la percepción de algunos fenómenos físicos cotidianos y también con los conceptos de información-recepción-veracidad. En estos trabajos el concepto aparece explícito en la combinación de los distintos objetos utilizados (agua, aire, baldes, botellas, textos, etc.): “1000 litros de agua y 1000 litros de aire”, “Agua de todas partes del mundo”, etc.
Estas experiencias culminan en 1968 con la realización de una serie de “paisajes”, instalaciones en las que sigue vedando y tensionando espacios vacíos, pero ahora con una imagen figurativa construida con objetos cotidianos (caños, baldosas, ladrillos, macetas con plantas, etc.). Por uno de estos paisajes recibe la Faja de Honor “Ver y Estimar” en mayo de ese mismo año.En julio de 1968, junto con el Movimiento de Vanguardia de Rosario, organiza el Primer Encuentro Nacional de Artistas de Vanguardia, en el cual presenta una ponencia que sienta las bases de una nueva poética, de la que surgen obras colectivas como “Asalto a la conferencia de Romero Brest”, primera obra de acción realizada en Amigos del Arte de Rosario, y ‘Tucumán Arde”, un acontecimiento estético-político caracterizado por ocupar un espacio (CGT de Rosario y de Buenos Aires) donde se combinan discursos diferentes: visuales, auditivos, de movimiento y de recorrido, con el fin de crear un circuito de contrainformación que denunciara la realidad del pueblo tucumano ocultada por los medios de comunicación oficiales.
Estos objetivos de crear un arte alternativo que no fuera absorbido por las instituciones oficiales no se pudieron concretar. Como consecuencia de ello, y por razones éticas y estéticas, Renzi abandona la actividad plástica, como también lo hicieron muchos miembros de los grupos de vanguardia de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe. Participa con obras de protesta política en algunas muestras internacionales y realiza el audiovisual “Ezeiza” con otros miembros del Grupo de Vanguardia de Rosario.
Se establece en Buenos Aires y reinicia su actividad artística con un realismo “liso y llano”, muy preciso,teñido de afectividad e intimismo: “Nostalgias del Paraná”, “El señor de los naranjos”. “La frutera”, “Recuerdos de provincia”, “El día de la primera Comunión”, “La luz de afuera”, etc. Esta forma de retorno es una respuesta crítica a la academización de las experiencias conceptuales de la década del setenta.
Paulatinamente, este realismo de carácter intimista se va tornando más distanciado y conceptual. Representa objetos cotidianos (ventanas, cafeteras, tazas, ceniceros, focos, etc.) con total independencia unos de otros, formando a veces alineaciones y conjuntos a los que llama “frases” y “tomas”: “Multicafetera”, “Vidrios empañados”, “Vidrios esmerilados”, “Mirando al cielorraso”, “Una frase”, “La frase final”, “Toma 4”, “Cambio de toma 1”, la serie “Inventarios”.
En la década del ochenta la obra de Renzi se irá acercando a las líneas del Neo expresionismo o Nueva Imagen, con una figuración más libre en la que intervienen el rasgo, la acción y el registro de la pincelada. Las obras se caracterizan por la espontaneidad de la mancha, la acentuación de la luz y el color, la interdiscursividad, los distintos niveles de representación iconográfica y por su interés particular en los títulos (resabio de su etapa conceptual). Los temas referidos a la naturaleza, aves y una vegetación exuberante emergen muy lentamente de una imagen aparentemente enmarañada, caótica: “Desde el Alcázar”, “El delirio de Humboldt”, “La tristeza de Darwin”, series “Cuernavaca” y “La guerra de los pájaros”. Paralelamente, realiza trabajos donde cita eclécticamente a distintos referentes de la historia de la pintura: “Interior del loco” (homenaje a Van Gogh), “D er Blaue Reiter”, etc.
Retoma como tema central objetos de la vida cotidiana (tazas, copas, tenedores, brochas de afeitar, etc.),plasmándolos muy sumariamente, a brochazos, acentuando el carácter expresionista y dramático de la luz y el color: “Café Concert”, “Champagne”, “Blues de la brocha de afeitar”, “Mirando al cielorraso antes del desayuno”. Recupera motivos clásicos en las series de Bodegones y Naturalezas muertas.
Su investigación continúa en las líneas descriptas, pero centrándose mucho más en los mecanismos de producción de la imagen. Incorpora una iconografía (estrellas de cinco puntas, martillos, letras, formas abstractas) que refiere a las vanguardias estéticas y políticas rusas: “Un error de cálculo del Dr. Pi”, “Mediodía de plomo”, “Instrumentos para estrellar”, “El triunfo de la razón”, “Anunciación”, etc. Explora las diferentes incitaciones que le produce una realidad en permanente cambio, trabajando con nuevos materiales lingüísticos y físicos; estas búsquedas se concretan en una instalación exhibida en el Centro Cultural Recoleta en la que participaron otros tres artistas: “Superficies Iluminadas”. Realiza también el mural cerámico “Mano izquierda” para Subterráneos de Buenos Aires.
Sus últimas obras presentan iconografías sencillas, símbolos convencionales y formas puramente imaginativas que desatan una multitud de asociaciones que van desde los distintos momentos de la pintura moderna a las más sutiles citas, e imponen una reflexión no sólo sobre la historia del arte sino también sobre los acontecimientos históricos, sociales y políticos de este fin de siglo: “Porto dos Ossos”, “Sueño de un Japonés”, “Historia del Mirlo”, “Mundo Equivocado”, “Victoria”, “Victoria sobre el sol (homenaje a Malévich)”, “Fantasía Pompeyana”, etc.
En conjunto, la obra de Renzi rechaza la concreción de una imagen unívoca: “…yo diría que la unidad de mi obra está en los límites: en la voluntad de probar al máximo mi capacidad productiva y explorar todos los ángulos posibles de búsqueda.”
Juan Pablo Renzi falleció en Buenos Aires el 21 de mayo a los 51 años de edad.
Por Alicia Menises