Conocido como Defi, nace en Devoto -Buenos Aires- en el seno de una familia tradicional italiana en una ciudad cosmopolita, pero en el barrio. Sus primeras mascotas son dos patos -Tota y Toto- que se convierten en protagonistas de la esquina de su infancia. Algo que empieza como casual e inocente se desarrolla durante muchos años acompañando sus primeras sensaciones acerca de la intervención en el espacio público. Estudia diseño en la UBA, pero su espíritu ardoroso se enciende sobre los límites de la academia, de la que se nutre en los comienzos para luego transgredirlas creando Fase con otros artistas, un movimiento que condensa ilustración, motion graphic, música y experimentación. Este momento sirve de base para un desarrollo personal en donde las inquietudes se ramifican hacia distintos planos de acción. Pequeños gatitos son su inspiración para deformar trazos y llenar de colores paredes, telas, puertas de autos, pasto. Hacia 2001 es parte importante del nacimiento del Street art en Argentina, que surge por un lado como medio de comunicación directo con el espectador en plena crisis, al tiempo que genera espacios alternativos frente a la falta de galerías que se apropiaran de sus obras. Es así como espontáneamente animales, amigos y la calle se convierten en el material sobre el cual se plasman sus explosiones de colores y su constante búsqueda de reacción. Le huye al concepto y las definiciones escapándose con la constante mutación. Sus múltiples facetas van de la cocina al diseño de ropa. Lindo killer lleva su arte a prendas únicas y especiales que convierten a su portador en un cuadro ambulante. Si bien su ámbito natural es la calle, su obra se potencia cuando sus múltiples creaciones se presentan en una galería, esto tiene lugar en Londres, hacia 2003 y continua hasta hoy en Berlin, Los Ángeles, Barcelona, San Pablo, Buenos Aires. La inspiración es tan simple y real como el hambre.
I can’t get no satisfaction.