Fue un artista social. Utilizó la pintura como arma para luchar contra la injusticia, contra todas las dictaduras, y contra el horror de la guerra.

DEMETRIO URRUCHÚA   (Pehuajó, Provincia de Buenos Aires, el 19 de abril de 1902)

Desde pequeño se interesó por las artes plásticas, fue autodidacta. Con ese sueño emprendió su viaje a Buenos Aires, donde se desarrolló como artista y como maestro de varios discípulos que frecuentaban su famoso taller de pintura.

Fue un verdadero maestro, enemigo de la enseñanza académica de la pintura, solía manifestar «…que no se puede enseñar a sentir». Creía en la libertad del artista, de su libro Memorias de un Pintor se transcribe su pensamiento al respecto; decía el maestro: «…el arte es libertad y amor, ya que debe prevalecer el instinto. Pienso que únicamente el artista es el ser privilegiado que posee la virtud o el poder de hacernos vivir un hecho desconocido imponiéndole su sello para que viva eternamente».

Fue un pintor social, su fuerza y su carácter los plasmó en su vasta obra, a través de un lenguaje franco, valiente, sin temores de ninguna naturaleza. Contradice su firme carácter, con la humildad que siempre caracterizó sus actos.

Todos aquellos que tuvieron el privilegio de escucharlo aunque sólo por una vez, atestiguan la honestidad y honradez de su conducta y de su pintura. Fue fundador con otros grandes de la plástica nacional Argentina, del Taller del Arte Mural juntamente con Spilimbergo, Castagnino, Berni y Colmero.

Expuso por primera vez sus obras, en Amigos del Arte, allá por el año 1931, posteriormente casi la totalidad de las galerías de la Capital Federal y de algunas Provincias, expusieron sus obras. Representó a América Latina en el Salón «Cien años de pintura universal» realizado en la ciudad de Boston (EE.UU) en el año 1944. Sus cuadros se exhiben en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, Galería DUE MONDI de Arte Internacional de Roma (Italia), en el Museo Municipal de Montevideo (Uruguay). También numerosas colecciones privadas, tienen el privilegio de contar con sus telas. En vida colaboró desinteresadamente con numerosas instituciones de bien público: hospitales, bibliotecas, museos.

Fue un destacado muralista, por suerte el país cuenta con un verdadero tesoro artístico, en el que participó con entusiasmo junto a sus amigos, «La Galería Pacífico», verdadera joya artística, no solo del país, sino de toda Latinoamérica, según opiniones de destacados críticos de arte. También se pueden admirar, los murales de la Galería San José de Flores, Sociedad Hebraica Argentina y en la ex Universidad de Mujeres de Montevideo.

Urruchúa utilizó la pintura como arma, para luchar contra la injusticia, contra todas las dictaduras y contra el horror de la guerra. Amó la vida e hizo un culto de la libertad y la democracia.

Falleció un 2 de octubre de 1978, a los 76 años de edad.

 valiente, sin temores de ninguna naturaleza. Contradice su firme carácter, con la humildad que siempre caracterizó sus actos.