Verborrágico, profundo, inconformista, Regazzoni se destacó por su “arte de la chatarra”, a partir de la cual recuperaba piezas en desuso de los ferrocarriles para convertirlas en esculturas de diferentes tamaños.
Pintó mucho y experimentó con materiales diversos en el campo de la escultura logrando síntesis monumentales como en la obra incorporada al Parque de Escultura del Edificio Libertad.
Florecer a los 94 años habla de las dificultades que tiene que superar una mujer artista, inmigrante y adelantada a su tiempo. La suya es una historia de fortaleza personal.