Sus figuras fueron adquiriendo ciertos rasgos recurrentes: las bocas herméticamente cerradas, los hombros dislocados (recurso que enfatiza la arbitrariedad manifiesta en su configuración), los cuerpos aplanados y, en general, amputados por los bordes del cuadro.
AUGUSTO SCHIAVONI (Rosario, Argentina, 1893-1942)
Schiavoni estudió en Rosario con los maestros italianos Mateo Casella y Ferruccio Pagni, luego en Florencia, guiado por Giovanni Costetti. En Italia tuvo la posibilidad de completar su formación académica, descubrir su pasión por los primitivos italianos y encontrarse con ideas y perspectivas de un arte en redefinición. Tras un arduo proceso de ensayos estilísticos y aproximaciones a diversas escuelas y tendencias de comienzos del siglo XX, hacia mediados de los años veinte consolidó una imagen propia. La construcción de un vocabulario personal se correspondió con el emplazamiento de su casa-taller en el barrio Saladillo, alejado del centro de la ciudad de Rosario, en el que definió un horizonte de temas ligados a su universo más próximo: La niña de la boina blanca, El chico de la bufanda (inv. 6732, MNBA), Duraznos, Crisantemos, Fondo del estudio, Ciruelo florecido. A partir de este repertorio el artista dio un sentido de lugar a su obra y cultivó una posición equidistante entre la vanguardia y la tradición. Desde sus inicios, realizó innumerables retratos, especialmente individuales.
Pintó hombres, mujeres y niños posando, con la indumentaria adecuada para la ocasión –según su rango social– tiesos e inmóviles, inmersos en un tiempo suspendido. Sus figuras fueron adquiriendo ciertos rasgos recurrentes: las bocas herméticamente cerradas, los hombros dislocados (recurso que enfatiza la arbitrariedad manifiesta en su configuración), los cuerpos aplanados y, en general, amputados por los bordes del cuadro. Los encuadres mutilan las articulaciones de las figuras y seccionan arbitrariamente los objetos. El color respeta el tinte de los mismos alterando de un modo sutil su valor y saturación. Las características señaladas se tornan visibles en La niña sentada, de la etapa de madurez del artista.
por Sabina Florio
Actualmente, sus obras forman parte de la colección del Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino y es considerado uno de los artistas más representativos de Rosario.