Vito Campanella
Nació en 1932 en Monopoli (Italia), soportó el dolor, la agonía y la escasez que rodearon la Segunda Guerra Mundial. A raíz del conflicto armado, la vida cotidiana en el sur de Italia cambió para siempre. Aunque Vito Campanella comenzó a pintar a la edad de 14 años en su ciudad natal, su amor por las artes visuales se inició mucho antes. Cuando era niño, solía asistir a escuelas de arte, donde su don de la pintura prosperó y donde comienza a madurar artísticamente. En 1948 el joven artista fue seleccionado para crear un mural para embellecer la iglesia de su ciudad natal y ese mismo año, conquistó en Nápoles el premio de “Pintura delle Regioni”. Poco después, Campanella fue invitado a exponer sus pinturas en el Salón Anual en Bari, donde es premiado a la edad de 20 años. Más tarde se trasladó a Florencia, donde participó con entusiasmo en variadas actividades culturales y continuó pintando. Siempre en movimiento y con ganas de expandir su potencial estético, se desarrolló en muchos estilos diferentes, incluyendo el arte pop, la abstracción y la geometría antes de descubrir su verdadero camino en el surrealismo. El escultor G. Rossi le presentó al gran maestro Giorgio De Chirico y la amistad que siguió fue una experiencia crucial para Campanella. Gracias a él tuvo acceso a un ámbito filosófico en el que la pintura había florecido extraordinariamente y cuyos caminos Campanella ya estaba paseando. En Roma conoció al famoso Salvador Dalí y su relación fue muy importante para el joven pintor. Durante su estancia en Milán, estudió la anatomía – el equilibrio y la simetría del cuerpo humano – en la Academia de Brera Escuela de Bellas Artes. Algunos años más tarde, decidió reunirse con su familia en Argentina. Inmediatamente abrazó los movimientos del arte argentino y latinoamericano, sin embargo, nunca olvidó sus vínculos europeos y comienza a participar en los más importantes salones internacionales, como lo fue la exposición de sus obras en el Salón Metamorfosis sobre la Avenue des Champs Elisées en París, Francia. A partir de 1962, Campanella dedicó toda su vida a la pintura. Ya afianzado en Argentina, lanzó varias series célebres como “Unicornios”, “Alquimia”, lleno de significados esotéricos o la aclamada “Músicos Cósmicos”. Sus trabajos fueron exhibidos en el IX Internacional Joan Miró Exposición de dibujos (España), XII Exposición Internacional de Pintura (Riviera francesa), Salón d´ Autumme Vallambreuse (París), II Exposición Internacional de Pintura IAG (Atenas) y el Show Argentino de Pintores Surrealistas (Buenos Aires). En 1976 obtuvo el premio Palma de Oro de la Exposición Internacional (Monte Carlo) y unos años después, un Premio de Arte Contemporáneo (Lyon). La influencia gaucha en Argentina inspiró una serie sobre el clásico de la literatura, el “Martín Fierro”, traducido en obras maravillosas y por aquel entonces el Correo Central Argentino emitió un sello dibujado por Campanella. Siguieron otras series notables, entre ellas “Mitología griega” (Buenos Aires) y “Huevo” (São Paulo), así como obras sorprendentes que exhibió en París y Atenas. La Tierra Santa fue representada maravillosamente en sus pinturas se la serie “Bíblica”. Los “Centauros” fue una serie creada en París, donde Campanella fue nominado miembro honorario de la Asociación Artistas Plásticos Franceses. Los 80 fueron años de mucho trabajo dedicado a su pintura. Mostró sus pinturas en Montevideo, ganó el Premio Deloye en París y se le ordenó como Caballero de la República Italiana. La reputación de Campanella siguió creciendo y sus trabajos fueron exhibidos en el Museo Contemporáneo de Arte de Tokio y en el Salón Freud de Jerusalén. Con su “Homenaje a Leonardo da Vinci”, pintada en Europa, fué aclamado en Roma y Sao Paulo. En ese tiempo, creó la excelsa serie “Mujer … Mujeres”. Así mismo ilustra una tarjeta postal para UNICEF. “Cent Signatures”, el libro escrito por el crítico de arte Charles André Rousseau, incluye a Campanella entre los 100 mejores artistas contemporáneos. Sus obras se han exhibido en la Artefiera de Bolonia y su serie “Recuerdo de los siglos”, dedicado a los grandes maestros, fue elogiado en Buenos Aires, San Pablo y Roma. La fama de Campanella no conoce fronteras. Sus cuadros fueron exhibidos en la exposición de las Artes para la Humanidad en Bagdad y fue nombrado miembro académico de Bellas Artes de la Academia de Estudios de Liguria (Génova) y Comandante de la orden San Jorge y Santa Rosa de América por el Parlamento Internacional para la Seguridad y la Paz. La prominente Galería Florentina degli Uffizzi exhibió y adquirió un auto-retrato de Campanella. Sus obras han sido apreciadas en Arte Roma (Roma), Art Expo NY (Nueva York) y New Masters Shows, (Miami), el Salón Surrealista Breton (Lyon), Mitsokoshi Gallery (Tokio) y exposiciones en Aspen (Colorado) , Boca Ratón (Florida) y en Montecarlo. Más recientemente, el Museo Municipal de Bellas Artes de La Plata (provincia de Buenos Aires) expuso una importante retrospectiva y el gobierno argentino ha premiado en innumerables oportunidades sus logros en el arte. Ganó así mismo el Premio Lorenzo el Magnífico de la Modern Bienal de Arte de Florencia donde fue nombrado Miembro Honorario de la Asociación Artistas florentinos. Con el cambio de siglo, expuso sus obras en la Gallerie de la Cathedrale (Mónaco). Sus pinturas se han exhibido en innumerables oportunidades en ArteBA (Buenos Aires), Art Expo NY (Nueva York), Art Chicago (Chicago, Illinois), Salón de Arte Sacro (Siracusa, Italia) y en Luxemburgo, donde pintó un mural imponente. También ha sido invitado de honor en ARTECLASICA Buenos Aires. En 2005, el Senado Argentino ha galardonado merecidamente sus logros culturales. Un año más tarde, Campanella se convirtió en miembro vitalicio de la Unión de Cóndores de América. En 2006, la Casa de la Cultura de São Paulo (Brasil) reunió una importante exposición retrospectiva y Campanella se convirtió en un distinguido miembro de la Academia Brasileña de Arte, Cultura e Historia. En 2007, Campanella recibió la Orden del Mérito de Comandante otorgado por la República Italiana y nominado Pintor del Año por la revista especializada de la Asociación Borges Proa. En 2008, las obras de Campanella se muestran en una exclusiva galería de arte de Estocolmo, y en São Paulo (Brasil). Después de más de 50 años dedicados a la pintura Vito Campanella es considerado un artista universal, un pintor de renombre llamado Maestro por el prestigioso diccionario Suizo de Arte “Art Leaders of the World.” Falleció el 26 de diciembre de 2014, en Buenos Aires.
PREMIOS
» 2’ Premio, Salón Internacional de Arte contemporáneo, LYON 1973
» Gran Premio Homenaje, Punta del Este 1975
» Premio Borsa, República de Italia, ROMA 1978
» Gran Premio “Palma de Oro”, MONTECARLO 1978
» Premio “Deloye”, Salón Biennal de Bellas Artes, PARIS 1982.
» Premio “Lorenzo ilmagnifico”a la carrera artística. Bienal Arte Contemporáneo , Florencia, Italia 1999 . etc.
DISTINCIONES
» Orden al Mérito en el Grado de Caballero de la República de Italia.
» Académico de honor con medalla de oro otorgada por la Academia de Estudios Ligures, GENOVA.
» Orden de San Jorge, en el grado de Comendador, otorgado por International Parliament of Safety and Peace, USA.
MENCIONES Y MEMBRESÍAS
» Honorario de la Asociación de Artistas Plásticos Franceses.
» Miembro honorario de la “Asociación de Artistas , Plásticos Florentinos”.
» Las ciudades de Punta del Este y La Plata lo han declarado Huésped Ilustre.
CRITICAS
RAFAEL SQUIRRU. Critico de Arte
Decía Leonardo que hay que desconfiar del artista cuya concepción resulta superada por la ejecucion de su obra. La destreza técnica de Vito Campanella inquieta al observador exigente y prevenido por advertencias leonardescas. Sin embargo, a poco andar descubrimos algunas ambigüedades que por su condición titubeante nos tranquilizan. Después de todo, Campanella no tiene la receta y en esta medida hay margen para su progreso y evolución, dentro del estilo surrealista por el que ha optado.Es evidente que conoce la obra de Dalí y la de De Chirico; nos informa haber tenido contacto directo con el taller de estos artistas si bien su formación la considera con el acento en elautodidactismo (reconoce haber profitado poco de la Brera) estudiando pacientemente a los grandes maestros en los museos de Europa. EI brillo de sus panos, el amor por las texturas parecen emparentarlo más bien con los venecianos, el nada realista Tintoretto y aquel vástago griego que en España llegó a ser El Greco.Campanella conoce los términos del desafio. Lo hemos conversado. Sabe del peligro de rebotar contra la tela en vez de internarse en ella, y acepta las duras condiciones de la lucha. Le interesa el mundo metapsiquico pero es consciente que la batalla debe dirimirse en términos plásticos y la resultante de su labor lejos de aquellas aspiraciones de un automatismo según el cual bastaría sumergirse en ciertos estados anímicos para ser visitados por la Musa de la calidad plástica. Sueña sí Campanella, pero sueña bien despierto. Lo contrario séria provocar estados somníferos en el espectador, que no de ensoñación. Para transmitir la vivencia de lo onírico hay que estar muy despabilado, tal vez Campanella lo esté demasiado. En todo caso no lo frenan las profundidades de su subconsciente y está decidido a internarse cada vez más en él.Esta humildad básica de Campanella es buen augurio.
Está muy lejos de sentirse cómodo con lo que hace; otros en su lugar se conformarian con cosechar el favor de un público que no le mezquina halagos. En vez, Campanella duda de su maestría hiper realista.Busca el diálogo, la objeción. Si por momentos celebra sus propios resultados lo hace con inocencia, con el entusiasmo de quien se siente progresar. Sus formas coruscantes hablan de ese mundo visceral, como bien lo define el crítico Ignacio Pirovano, que suele ser patrimonio de los surrealistas. No nos asustan los manierismos del estilo como no nos asustan los Manieristas queprodujeron un Bronzino; es uno de nuestros pintores favoritos.
Creemos que el Art Nouveau no es sino un gran manierismo y nos deleita, cuando se lo maneja al nivel de los capaces Gaudi Beardsley. Arriesga Campanella al introducir ahora textura de ruinas en contraste con las lisas superficies de sus figuras y de sus cielos. Dentro de un estilo que exige como pocos la sumisión formal, lo vemos a Campanella vital y en movimiento. Incorporando las formas que mejor hablan a su sensibilidad como los instrumentos antiguos que asoman en sus telas con la fidelidad responsable del estudioso, debatiéndose con sus perspectivas tonales y geométricas será difícil cerrarle el paso a Campanella a esa cuarta dimensión a la que aspira.
ABRAHAM HABER
Vito Campanella explora sus profundidades y surgen a la luz imágenes y símbolos que toman formas equilibradas y armónicas. En él las raíces del inconsciente están ligadas con las raíces que nutrieron al árbol del Renacimiento. Pero el Renacimiento de Vito Campanella es un Renacimiento actual y sus formas depuradas se convierten en el contenido de un mundo deseado como superación de las tormentas que agitan el alma del hombre de hoy. El hombre de nuestro tiempo es el héroe y la víctima de una sociedad cuyas técnicas se vuelven agresivas. Uno de los flagélos mas dolorosos que nos azotan está constituído por la ola masificante que penetra en todos los ámbitos del arte. En algunas pinturas de Campanella hay un juego dialéctico que incluye esta situación del arte mismo para formular una denuncia lacerante y conmovedora. En estas obras utiliza el color del arte kitsch, pero lo integra en una estructura que lo trasmuta, le da el estatuto de objeto amenazador y lo presenta como elemento opresivo de esta sociedad que el surrealismo desnuda. Y todo esto implica grave riesgo de sucumbir en el intento para el artista que no tenga el oficio y la técnica de Campanella, heredero de las tradiciones del gran arte. El surrealismo de Campanella no es un surrealismo común. No se puede negar su conexión con el inconsciente, pero tampco se pueden desconocer los factores que hacen de su pintura un arte intelectual y refinado.
ANDRÉ CHARLES ROUSSEAU. Critico de Arte Fundador del Movimiento Sigatures
Este pintor es un escultor! Sin virtuosidad inútil, las formas, los volúmenes, las intenciones plásticas, son concebidas a la manera de un tallador de mármol… Pero como para los efectos de contraste, resueltamente enigmáticos, que busca, necesita el color, él se hizo pintor. Y qué pintor! Italiano que un día eligió vivir en Argentina, Vito CAMPANELLA está, ahora, en el auge de su carrera. Ha llegado el momento de intentar definir su arte, Este reaparece, sin lugar a dudas, en el surrealismo.
La pintura y la escultura se asocian en él para magnificar las creaciones que provienen de un “monumental” donde se complace este artista poderoso. No obstante, a la manera de Dürer, la fuerza de lo “fantástico” no excluye las finas sutilezas del detalle; este estilo majestuoso tiene, pues, igualmente encanto; una forma de colmar a los más exigentes aficionados a las realizaciones visionarias. Además, el vocabulario plástico que CAMPANELLA prefiere se refiere siempre a una verdadera nobleza, una verdadera grandeza… La psicología general de su inspiración contiene seducción, ella se impone, lo subyuga a uno al punto de tener el sentimiento de encontrarse delante de una “obra de museo” en frente de la menor de sus telas. Este pintor no se parece a ningún otro.Su imaginación y su factura no pertenecen, verdaderamente, más que a él.
A nuestro entender él debe ser considerado como uno de los Maestros de lo Imaginario del siglo XX, Paris, 1985