Sergio Camporeale
BIOGRAFÍA
SERGIO CAMPOREALE (La Boca, Buenos Aires, Argentina, 1937)
Autobiogafía
Nací en 1937 en Buenos Aires, más precisamente en el barrio de “La Boca”, barrio popular de tradiciones netamente italianas. Mi adolescencia estuvo marcada por ese entorno por la visión casi fantástica de la proximidad de grandes usinas y depósitos que bordean, aún hoy, el viejo puerto del “Riachuelo”.
Comencé a trabajar desde muy joven en una imprenta muy importante de esa época, donde permanecí hasta los 23 años. El contacto diario con las letras a través de la tipografía en plomo, el papel con sus distintas texturas, el brillo del color, la preparación y el olor a tinta, la magia de la impresión, ejercieron sobre mí una extraña e irresistible fascinación a tal punto que, de una manera u otra me ha acompañado toda la vida.
Mis estudios en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires se realizaron por las noches, de donde egreso en 1961. En 1963 presento mi primera exposición y en ese mismo año realizo, junto a algunos amigos y colegas, varios murales en escuelas públicas de la ciudad.
A fines de los 60, las discusiones eran constantes sobre la pintura como medio de expresión y sus posibilidades, el cambio de percepción estética y de comunicación, nuevos planteos, etc. La actividad intelectual artística y literaria estaba en plena efervescencia; dentro de este marco Delia Cugat, Pablo Obelar, Daniel Zelaya y yo, artistas ya formados, con imágenes y estilos definidos, decidimos formar el Grupo Grabas.
El Grupo Grabas da un vuelco importante a nuestra actividad artística, que pasa de una expresión individual y solitaria a una actividad colectiva. Nuestro primer objetivo fue la difusión masiva de nuestras obras e imágenes. Tratábamos de eludir los circuitos tradicionales o al menos de no ser totalmente absorbidos por el sistema existente.
Respondiendo a estas premisas optamos por desarrollar la imagen seriada, trabajo que naturalmente llevó a la creación de un taller colectivo. Es decir que a partir de este momento comenzamos a compartir vidas y experiencias, en un enriquecedor proceso de intercambio diario de conceptos y conocimientos, conservando al mismo tiempo nuestras propias personalidades e identidades.
Esta gran aventura fue un aspecto fundamental de mi carrera artística, Desplegando una gran actividad entre 1970 y 1975 se intensificaron los viajes al exterior, participando en conferencias y charlas en diversas instituciones culturales, dando cursos en museos y universidades y sobre todo, haciendo innumerables exposiciones por toda América Latina. Al cabo de cierto tiempo comenzamos a tomar conciencia de nuestro aporte a la evolución de la gráfica latinoamericana.
En 1975 fuimos invitados por el Instituto Italiano de Cultura y el British Art Council, siendo éste mi primer contacto con Europa. En 1976 viajo nuevamente a Italia, donde hago estudios sobre la obra de Piranesi. Las circunstancias trágicas que vive la Argentina en ese momento me deciden a vivir en Roma. El resto de los integrantes del Grupo Grabas hace lo mismo y cada uno de nosotros toma su rumbo y su búsqueda individual.
En Italia comienzo a trabajar sobre una serie de retratos de “Máquinas ideales” que, sin función alguna, eran aparatos amenazantes de un escenario cotidiano. La fricción-contradicción entre la máquina y el hombre aparece con la incorporación de este en la obra. Pensar en el hombre actual, ya no enfrentado a los problemas de evolución, sino de la mutación, marca todo este período. Se acentúa en la problemática plástica el intento de una representación distanciada y emocionalmente fría, utilizando un lenguaje de extremo rigor.
Ya en París, comienzan a aparecer ciertos aspectos del entorno urbano, obstáculos, barreras, muros, rejas, señales, límites a los que el hombre está sometido cotidianamente. La violencia de lo banal en lo ordinario. El color es retenido y la factura limpia, reduciendo al mínimo gesto y la casualidad.
A partir de 1984 se manifiesta nítidamente la búsqueda de un paisaje interior, reconstruido a partir de la memoria y de la condición de anonimato. El pasado / presente, la realidad / ficción como antagonistas, son los factores desencadenantes de esta nueva etapa.
Estos “Retratos de Familia” son una historia de la memoria, que disimula múltiples espejos, diferentes facetas de lo real y lo fantástico, de lo vivido y lo imaginado, de lo claro y lo difuso, de lo evidente y lo escondido…
Mi propósito no es reproducir una escena en particular, ni hacer una “imitación” de la realidad, sino exponer a través de un hecho plástico (el espacio, la forma, la línea, el color, las huellas…) ciertos aspectos de “otra realidad” extraídos de distintos momentos de la experiencia. No pinto con premisas o teorías determinadas que me inscriban en un movimiento, cualquiera que sea, mi propio mundo determina el lenguaje y las leyes de las formas.
Su obra se encuentra representada en importantes colecciones, entre ellas: Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina; Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, Argentina; Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano, Fundación Ralli, Punta del Este, Uruguay; Museo de Arte Contemporáneo, Caracas, Venezuela; Museo de Arte Moderno, Bogotá, Colombia; Museum of Modern Art of Latin America, Washington, Estados Unidos; Museo José Luis Cuevas, México D.F., México; Centre National d'Art Georges Pompidou, París, Francia; Museo de Arte Moderno de Trujillo, La Libertad, Perú.
Sergio Camporeale es un artista visual argentino de larga e importante carrera internacional; se especializó profundamente en el trabajo en acuarela y grabado y por supuesto la pintura, las cuales ha desarrollado de una manera exquisita. Es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en el año 1961; Desde esa fecha ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Buenos Aires, París, Tokio, Lisboa, Nueva York, Singapur, Miami, Panamá, Lima y Bérgamo. En 1976 se estableció en París, su compañera por espacio de dos décadas. En la galería parisina de Francony presenta su serie Retratos de Familia y recibe el Premio Halib Gargour en 1991. En 1998 expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y en el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá. Regresó a Buenos Aires en la década del 2000. En 2011 participó en la exhibición Artistas Latinoamericanos de Ascendencia Italiana en Washington DC. Sus obras se encuentran en colecciones de museos de Suiza, Francia, Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Argentina y Perú.