Omar Rayo

“Indudablemente la originalidad por sí sola no es suficiente para hacer valiosa una obra de arte; pero en el caso de Rayo ésta cuenta, además, con el apoyo de un sólido sentido de la composición y un formidable poder inventivo que convierte cada obra en una experiencia individual y diferente con valores propios. Utilizando su descubrimiento en distintas direcciones y en algunos casos empleando el color para acentuar el peso y el ritmo de las formas dentro del espacio general de la composición, Rayo logra que cada una de las obras se nos presente como un mundo particular e independiente. En él, unas veces, la textura limpia del papel, al que no se le ha agregado ningún color, proyecta un atrevido juego de espacios y volúmenes perfectamente equilibrados a los que la delicadeza y precisión de la composición otorgan una calidad casi etérea o, mediante uno o dos rompimientos, crea bruscos contrastes en los que el espacio puro afirma su potencia poética; otras veces, el empleo de tintas grises y negras sirve para marcar las diferencias entre los distintos planos mediante rompimientos tonales que producen un efecto de profundidad y cambian la relación entre las formas o provocan una perturbadora sensación de vacío contra el cual lucha el resto de la composición. En una forma u otra, en cada una de las distintas soluciones, la invención poética, el lirismo rítmico de Rayo aparecen siempre recogidos por una voluntaria economía de medios y un rigor formal que, sin imponer limitaciones, le llevan a encontrar la libertad dentro de lo que podríamos llamar reglas clásicas de la composición: orden geométrico, equilibrios de fuerzas, planos que se sostienen mutuamente, sentido total del espacio.úbit a ya la poesía”.

Por Juan García Ponce, Escritor y crítico