María Luisa Pacheco

Pacheco, se inspiró en culturas indígenas, los paisajes y la vida rural de su país para crear piezas cubistas y abstractas en las que la geografía y el territorio se plasman mediante lenguajes pictóricos.– Museo de Arte Moderno de Barranquilla

María Luisa comenzó su trabajo artístico a finales de los años 1930, dentro del realismo académico, retratando principalmente en sus obras el paisaje y la figura humana.​ La pintura abstracta de María está inspirada por la cultura quechua y aimara de Bolivia, en la vida de la mujer rural, y en los glaciares y los picos de la Cordillera de los Andes. Sintetizó y renovó la figura de la campesina con formas cubistas, demostrando la enseñanza recibida de parte de sus primeros maestros.​ A su llegada a Nueva York, comenzó a pintar imágenes geográficas —tanto neoyorquinas como andinas— que le permitió convertirse en una pensadora y distribuidora del espacio y la forma, e hizo que su obra se transforme en algo particular.​ Tras la obtención de su ciudadanía estadounidense, su lenguaje se tornó totalmente informal y abstracto, enfatizando el expresionismo.​

Se la reconoce por ser la boliviana más destacada representante del expresionismo abstracto.

A finales de la década de 1960, amplió el concepto indigenista. Sus obras se transformaron en formas imaginarias que se puede identificar con estructuras arquitectónicas modernas, tanto de Nueva York como con el paisaje andino.

Por Patricia Ríos