Juan Carlos Romero
Fue uno de los grandes artistas argentinos quien se orientó fundamentalmente a la creación de obras no convencionales. Con sus inicios en el grabado y un breve paso por el arte cinético a comienzos de los ´70 trabajó acerca de la noción de “sistema” en el arte, circunstancia por la cual fue incluído en Grupo de los Trece en CAYC, 1972- 1975. Previamente 1970 junto a otros artistas fundaron Arte Gráfico – Grupo Buenos Aires, con quienes desarrolló experiencias colectivas de grabado en las calles a precios populares. En 1988 fue fundador del Grupo Escombros: Artistas de lo que queda, con quienes obtuvo el premio Experiencias Visuales de la Asociación de Crít
BIOGRAFÍA
JUAN CARLOS ROMERO (Avellaneda, provincia de Buenos Aires, 1931 - Buenos Aires, 22 de abril de 2017)
Egresa como Profesor Superior de Grabado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, donde ejerce la docencia en el Departamento de Plástica en la cátedra de Grabado, y en el de Cine en Teoría del Arte, hasta 1975.
Desde sus comienzos, trabaja a partir de técnicas gráficas.
Sus prácticas y sus búsquedas en el campo del grabado experimental, lo conducen a juntarse con otros artistas para cofundar, en 1970, “Arte Gráfico-Grupo Buenos Aires”. Agrupación que busca estimular y conservar las tradiciones gráficas, a la par que incentivar la experimentación y la difusión. Estos artistas actúan hasta 1978, y el ámbito de su producción se extiende hacia la calle.
De este período es el grabado En homenaje a los caídos el 25/5/73 en la lucha por la liberación. En esta obra, manifiesta su compromiso con el pasado y con el presente. Actitud que caracteriza a gran parte de su producción posterior, desde distintas vertientes.
La obra participa de un homenaje realizado al grabador Adolfo Bellocq, en 1973. Por ende, la cita a este artista histórico, constituye una doble remisión: a la historia del grabado y a las luchas de una población.
Otra faceta de su producción se manifiesta en trabajos como los que presenta en 1971, en la muestra Arte de sistemas. Un evento de alcance internacional que organiza el CAYC, en el MAMBA, en donde sus propuestas plásticas están provistas de un gran caudal reflexivo, arraigado en la fuerza del concepto. Una de ellas está muy ligada a los postulados de Víctor Vasarely sobre el arte cinético. Tendencia que comienza a interesar fuertemente al artista, sobre todo, por la participación activa del público en la obra.
En 1972, cofunda el Grupo de los Trece, en donde conoce a Edgardo Vigo y empieza a trabajar en el campo de la poesía visual. Hace trabajos para la revista Diagonal Cero, editada en La Plata por Vigo.
Su formación técnica, en tanto egresado de la Escuela Industrial, y su trabajo en Entel como técnico durante varios años, conducen su interés hacia lo que atañe a los procesos de telecomunicación. Así, deriva en otra propuesta que también excede los formatos convencionales de la plástica: el arte correo. Género para el que, durante esta década, se convierte en uno de los principales propulsores.
Luego de los duros períodos de la dictadura militar en Argentina (1977-1983), en 1988 se une a Horacio D’Alessandro, David Edward, Héctor Puppo, y Luis Pazos para formar, en La Plata, el grupo “Escombros. Artistas de lo que queda”. Ellos inician sus actividades con una performance en la calle, aspirando a ser una suerte de amplificadores de la conciencia colectiva.
En adelante, su producción plástica sigue desarrollándose a partir del uso de técnicas gráficas y de otros medios como la fotografía, instalaciones, performances, ambientaciones, arte correo, libros de artista y otras prácticas.
Autorretrato y Quechua, de la Colección de arte contemporáneo de Rosario, pertenecen a la veta gráfica experimental. Ambos, forman parte de una serie de cuatro trabajos infográficos realizados a partir de fotos personales, en donde emplea su propio cuerpo pintado, tal como lo hiciera en los 80, en obras similares.
Estas infografías desarrollan una forma peculiar, ya que apelan a una autorreferenciación sobre la base de una reflexión que sondea los bordes del impacto. En efecto, recurre a una imagen que combina géneros diferentes, utilizando su propia figura, con frases que proporcionan ciertos brotes de ironía.
Desde 1956, realizó exposiciones individuales y participó en numerosas muestras colectivas, tanto en el país como en el extranjero.
Obtuvo más de quince premios, contando entre los más importantes el Gran Premio de Honor de Grabado del LXIII Salón Nacional de Artes Plásticas, el Premio Naciones Unidas, en conjunto con el Grupo de los Trece en Yugoslavia, y el Premio Experiencias de la Asociación de Críticos de la Argentina, en conjunto con el Grupo Escombros. En 1997 obtuvo el 1º Premio del V Salón de Dibujo de Santo Domingo, y en 1999, el 1º Premio Joan Brossa de Poesía Visual en España.
En 2001 fue invitado para representar a la Argentina en la XXIV Bienal Internacional de Artes Graficas de Ljubljana, y en la 7ª Bienal de La Habana. En ese mismo año, recibió el premio Asociación de Críticos de arte a mejor labor docente del año.
Ha sido docente en el Departamento de Artes Visuales Prilidiano Pueyrredón, y en la Dirección de Postgrado en Artes Visuales Ernesto de la Cárcova, del Instituto Universitario Nacional de Arte. Ha dictado seminarios en instituciones universitarias del país, y coeditado las revistas de poesía visual Vortex y La Tzara.
El artista Juan Carlos Romero (Argentina, 1931-2017) murió el 22 de abril en Buenos Aires, un mes antes de la inauguración de su muestra, sobre la que estuvo trabajando en el último año y medio de su vida; Tenía 86 años. Juan Carlos Romero. La desaparición se inauguró el 27 de mayo en el Parque de la Memoria-Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado. Así, se constituyó en un doble homenaje a uno de los artistas con mayor y clara conciencia política que, desde su trabajo, supo enfrentar todas las formas de poder –político, religioso, económico–, incluso el que ejercen las instituciones del arte en relación. con la circulación y recepción de las obras. Gráfica, poesía visual, fotografía, arte correo, libros de artista, instalaciones, forman parte de una extensa trayectoria –también como performer–, al trabajar con grabado experimental, con obra efímera y en espacios alternativos, que incluyeron la docencia universitaria y la militancia. sindicato.
Con el arte conceptual como instrumento de resistencia y la palabra impresa como paleta, solía eliminar el objeto artístico situándolo en el mundo abstracto de las ideas. Su formación como técnico de telefonía le despertó un profundo interés en distintas formas de comunicación; integró el Grupo de los Trece (surgido del CAYC, que dirigía Jorge Glusberg), el equipo de la revista de poesía visual Diagonal Cero, fundada por Eduardo Vigo en La Plata; y el Grupo Escombros. Con perfil bajo y lejos de lo espectacular, el artista trabajó con datos tangibles que informaron su lucha contra el olvido.
Invitado a la Bienal de Artes Gráficas de Liubliana, Romero llevó una instalación compuesta básicamente por diarios. El artista eligió, seleccionó, imprimió, fotocopió. Sacó las palabras del ámbito de los medios masivos y ensayó una nueva comunicación. Llevé ejemplares de todo un mes de un periódico; con la hoja de cada día que decidió arrancar y una nueva palabra –rehenes, arrasó, menos, aguantar– que escogía resaltar editó nuevas crónicas. Distribuyó los elementos de su particular edición de las noticias cotidianas por el piso y las paredes. En este contexto renovado otorgó a las palabras, a los letreros, una renovada significación y una vigencia que el diario de ayer había perdido. Su instalación planteó interrogantes acerca de las maneras de leer y sobre la noción de materialidad y propiedad intelectual. Tan simple y profunda es su obra, que exige reflexión, interpretación.
Alcanzó a estar presente en el Museo Reina Sofía de Madrid (2012) y el Museo Nacional de Bellas Artes durante la presentación el año pasado de la reedición de su célebre instalación Violencia –tapizó de piso a techo la sala con un repetido cartel en grandes caracteres que decía Violencia; recortes de prensa, fragmentos de textos de otros autores, algunas fotos–, montadas inicialmente en el año violento de 1973, en el CAYC. Obra sin fin, es la mirada del espectador (de 2017) la que determinará su sentido siempre ambiguo, pero memorioso.
A los pocos días de su muerte, hubo pegatina de afiches de Romero en dos cuadras de la calle México, donde vivió. Fue, seguramente, un enamorado recuerdo de su compañera María Esther Galera honrando al artista y al popular soporte –afiches tipográficos de bajo costo y alto valor comunicacional– de papel barato. Nacidos para estar en la vía pública, el arte volvió a la calle. Vecino y amigo, el artista será extraño.
Victoria Verlichak
Juan Carlos Romero
Romero fue una figura sobresaliente de la escena de la plástica argentina del último medio siglo. Pródigo en oficios, su obra convoca múltiples técnicas y géneros: el grabado, la fotografía, el collage, el libro de artista, el arte objetual, y la infinita variedad de artes gráficas que llevan la marca de la vanguardia y lo popular.Recordamos su presencia en el Bellas Artes en la reedición de su célebre instalación “Violencia”, en 2016. "A través de estos afiches callejeros, Romero interrogó sin eufemismos acerca del destino de nuestro país. La paradoja, acaso el secreto de sus intervenciones, estriba en la producción de un arte urgente que es, a la vez, por su radicalidad, permanente", sostiene Andrés Duprat, Director del Museo Nacional de Bellas Artes.