José De la Barra
Ha creado un mundo de ensueño a través de su expresión las fantasías internas y externas de su imaginación con sus talentos precisos en la pintura y el dibujo. Las expresiones y los movimientos sensuales que aparecen en cada pieza, crear alegorías místicas sobre el universo. Al combinar su interés por la forma humana con su deseo de contenido simbólico, engendró un lenguaje que explica la condición humana a través de una perspectiva única. Hay un método a través del cual desarrolla su arte depender de material y composición para desarrollar su universo personal y mágico. De la Barra se considera un surrealista, que juega y exagera la realidad percibida en este mundo subjetivo. Asistió a la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes en Lima, Perú, donde estudió pintura, Ilustración y murales, combinando esta formación académica con tendencias innatas hacia la abstracción, desarrolló un estilo figurativo que inmediatamente fue bien recibida y destacado por los críticos y el público en general. Su obra navega en el lineamiento de las figuras, inducidas por intenciones de primordial armonización, que enriquece con la intuición del color que prevalece sobre factores de expresión; el color encendido en contrastes armónicos a la vez, le dan un aire místico, manteniendo una ligera inclinación fantástica, fresca y renovadora. Personajes imaginarios, bañados de fantasía, emulando arlequines cándidos, seres de ensueño entretenidos en actividades, sencillas, dispersión, de ocio, personajes de cuento, carnaval onírico, vestidos con colores festivos, personajes que pueblan el mundo fantástico del pintor.
Jorge Ernesto Ibañez Vergara
Critico de Arte
BIOGRAFIA
José De la Barra nació el 06 de agosto de 1956 en Perú.
Se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Lima, donde estudió pintura, la ilustración y murales, combinando esta formación académica con una tendencia innata a la abstracción. Él ha creado un mundo de ensueño a través de la manifestación de las fantasías internas y externas de su imaginación.
Las expresiones y los movimientos sensuales que aparecen en cada pieza, crean alegorías místicas sobre el universo. Al combinar su interés por la figura humana, con su deseo de contenido simbólico, ha generado un lenguaje que explica la condición humana a través de una perspectiva única.
Hay un método a través del cual se desarrolla su arte apoyándose en el material y la composición de desarrollar su universo personal, mágico.
De la Barra se considera a sí mismo un surrealista, que juega y exagera la realidad tal como la percibe en este mundo subjetivo.