Francisco Narváez
Su trabajo artístico va desde el indigenismo hasta lo abstracto-constructivo, algo que en su momento, rompió con los paradigmas establecidos del arte en Venezuela. Francisco Narváez es uno de los escultores más importantes de Venezuela y el mundo. De hecho, se le considera uno de los pintores y escultores más emblemáticos del siglo XX. Historiadores y críticos del arte, aseguran que la obra de Francisco Narváez, encarnó la modernidad venezolana. Sin lugar a dudas, una de sus obras más destacadas es la serie de esculturas de la conocida Fuente de Las Toninas, en Plaza O’Leary de Caracas, la capital venezolana. Gracias a su inconfundible talento artístico, se suele afirmar que, Francisco Narváez, transformó de manera definitiva la forma de ver la escultura en su país.
BIOGRAFÍA
FRANCISCO NARVÁEZ
Francisco José Narváez Rivera nace en Porlamar, isla de Margarita, Estado Nueva Esparta, en Venezuela el 4 de Octubre de 1905. Fue el quinto hermano de once hijos de los señores José Lorenzo Narváez y Vicenta Rivera de Narváez. En 1908 se traslada con su familia a Carúpano, Estado Sucre y en 1910 comienza a realizar tallas en miniatura tomando como modelo los muebles fabricados por su padre que trabajaba como ebanista. En 1916 recibe su primer diploma, el "Premio Exposición de Artesanía del Estado Sucre" por la talla en miniatura de un juego de muebles.
En 1920 recibe su primer encargo como profesional, una talla de San Rafael para la iglesia de Carúpano. En 1922 ejecuta el monumento al General Santiago Mariño ubicado en la plaza Santiago Mariño de la ciudad de Pampatar, Estado Nueva Esparta. Ese mismo año, con el permiso de sus padres, se muda a Caracas bajo el patrocinio de Monseñor Sixto Sosa y en agradecimiento Narváez ejecuta un retrato pintado al óleo de Monseñor que originalmente estaba exhibido en el Museo Diocesano de la Virgen del Valle, en El Valle, Estado Nueva Esparta. Toma cursos de pintura en el taller de Marcos Castillo y de escultura en el taller de Ángel Cabré y Magriña.
Asiste a la Academia de Bellas Artes de Caracas y recibe diplomas de honor en escultura y pintura en Julio de 1924 donde a lo largo de su estadía tiene como condiscípulos a Castor Vásquez, Elbano Mibelli, Gregorio García, Sergio González, Juan Vicente Fabbiani, Miguel Bousquet, María de Valery, Pedro Basalo entre otros.
En 1928 finaliza los estudios de pintura y escultura en la Academia de Bellas Artes de Caracas. Realiza una maqueta para el monumento funerario del Dr. Luis Felipe Blanco, padre de Andrés Eloy Blanco quien, como agradecimiento a su trabajo, le dedica el poema "árbol". Ese mismo año expone por primera vez en el Club Venezuela, bajo un concepto academicista, un total de sesenta pinturas doce bustos y doce bajorrelieves. Los fondos recaudados en esta muestra, aunados a la ayuda de Monseñor Sixto Sosa, Arturo Uslar Pietri y Alfredo Boulton le permiten viajar a París y enrolarse en la Academia Julián que fuera también casa de estudios de Tito Salas, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena. A los dos años de su llegada a París participa en la exposición "Salón Oficial de Artistas Franceses" con la escultura tallada en piedra de París titulada "Vendedora de pescado".
El 31 de Julio de 1931 regresa a Caracas e instala su primer taller de trabajo en el barrio obrero de Catia. En este taller acostumbraba reunirse buena parte de la intelectualidad de Caracas ya que era un recinto apartado. Personajes como Raúl Sanz, Julián Padrón, Miguel Otero Silva y Finita Vallenilla eran visitantes frecuentes.
El 18 de Febrero de 1934 inaugura la fuente de la Plaza Parque Carabobo ubicada actualmente en la salida de la estación del Metro de Caracas que lleva el mismo nombre. Entre 1937 y 1940 el arquitecto Carlos Raúl Villanueva le encomienda el grupo escultórico "La Unión es la Fuerza" del actual Colegio de Ingenieros de Venezuela y los relieves que pueden ser apreciados hoy en día en las entradas del Museo de Bellas Artes y el Museo de Ciencias Naturales.
En esta misma época el arquitecto americano Louis Skidmore y el gobierno de la Nación le encargan cinco tallas representativas de las riquezas naturales de Venezuela para ser expuestas en el pabellón de Venezuela de la Feria Mundial de Nueva York del año 1939 y ejecuta "Perlas" y "Cacao" (ubicadas hoy en día en el Colegio Fermín Toro), "Café" y "Frutas" (Colegio Andrés Bello) y "Petróleo" de paradero desconocido. Recibe el premio Presidente de la República, creado por el General Eleazar López Contreras.
En 1940 recibe el "Premio Nacional de Escultura del Primer Salón Oficial de Arte Venezolano" por su obra "La Criolla", que forma parte de la exposición permanente de Galería de Arte Nacional, y contribuye con la exposición "Latin American Exhibiton of Fine Arts" en el Riverside Museum de la ciudad de Nueva York junto a otros importantes artistas latinoamericanos. En 1941 ejecuta dos obras públicas: "La Educación" para la fachada del Grupo Escolar Francisco Pimentel en la esquina de Mamey de la urbanización Santa Teresa y "La Educación" ubicada en la esquina de Pajaritos, edificios que fueron diseñados por Carlos Raúl Villanueva. En 1943 ejecuta los relieves "La Patria" y "Composición Decorativa" para la Academia Militar en la Comandancia General del Ejército (Fuerte Tiuna).
En 1945 Carlos Raúl Villanueva le encomienda las fuentes para el proyecto de reurbanización de El Silencio en Caracas y ejecuta "Las Toninas" para la que entonces se llamaría Plaza Rafael Urdaneta (actualmente Plaza O'Leary). En 1948 gana el "Premio Nacional de Pintura" concedido en el "Noveno Salón Oficial de Arte Venezolano" por la obra en óleo "Desnudo" y ejecuta un busto de José María Vargas para una escuela en el pueblo de San Agustín en el Estado de Florida, EE.UU.
En Marzo de 1949 se casa con la Señora Lobelia Benítez Lugo. Ejecuta una estatua de Fermín Toro que hoy en día está ubicada en el Colegio Fermín Toro de Caracas. En Diciembre de este año nace su primera hija, Carolina.
En 1952 sufre un infarto, sin embargo, viaja a Italia y expone en la Casa Moderna 11 tallas directas en diversos materiales. En la ciudad de Pistoia supervisa la fundición en bronce de la estatua ecuestre del General Rafael Urdaneta (Plaza Rafael Urdaneta, La Candelaria, Caracas). En 1953 regresa de Italia.
En 1954 comienza a formar parte del proyecto de integración de las artes a la arquitectura de la Universidad Central de Venezuela donde colaboró (a través de varios años de esta década) con la realización de obras como "El Atleta" ubicado en el estadio olímpico, "La Cultura" en la plaza del rectorado, "La Educación" y "La Cultura" en la facultad de medicina, tres murales de cerámica en la escuela de medicina ejecutados junto a la ceramista María Luisa Tovar, un fresco para la capilla de la morgue del Hospital Universitario, un busto del Dr. José María Vargas en la plaza del rectorado, un relieve del Dr. José Gregorio Hernández, entre otros.
Participa como jurado en el "Decimoquinto Salón Oficial de Arte Venezolano" junto a Arturo Uslar Pietri, Manuel Cabré y Carlos Otero entre otros. Colabora con doce esculturas para la Bienal Internacional de Arte de Venecia junto con otros artistas venezolanos.
En 1955 es condecorado con la "Orden Libertador en Grado de Caballero". Participa en la III Bienal de Sao Paulo, Brasil.
En 1956 ejecuta un mural de madera para el Jardín Botánico de Caracas y la obra "Raíces" que hoy en día forma parte de la colección de la Galería de Arte Nacional. Expone en Bruselas, Bélgica y luego junto a Omar Carreño en el Museo de Bellas Artes en el evento "Narváez / Carreño".
En el mes de Noviembre de 1956 se inaugura la exposición de la Sala Mendoza "Narváez, Formas Nuevas" donde expone un grupo de obras que se alejan mucho del figurativismo, y de su criollismo característico, claramente presente en su trabajo anterior ya que apenas insinúa los rasgos de la naturaleza y se acerca mucho más a un estilo abstracto. Por este trabajo fue elogiado por importantes personajes del acontecer artístico nacional de aquel tiempo como Arturo Uslar Pietri, Miguel Otero Silva, Mariano Picón Salas y Carlos Raúl Villanueva.
En Marzo de 1957 nace su segunda hija Margarita. Para 1958 expone en la Feria Internacional de Bruselas. Al año siguiente es incorporado a la colección de Arte Interamericano de la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes y figura por primera vez en el Diccionario de la Escultura Moderna de Ediciones Hazan en París, Francia.
En 1960 Narváez comienza su trabajo con los "estucos" mezclando sus capacidades como pintor y escultor y aglutinando expresiones de las dos artes en la exposición "Estucos de Narváez".
Participa en la exposición "Duy Paysage a L'Expression Plastique, 10 Artistes Contemporains" en el Museo Rath-Genéve en el puerto de Le Havre, Francia organizada por la Fundación Fina Gómez, concurrió con cuatro obras del período de las formas, tallas en madera y piedra. En 1963 esta muestra itineró por Madrid, Roma, Bruselas y Viena. El grupo de artistas que participaron en ella además de Narváez fueron: Héctor Poleo, Armando Barrios, Jesús Soto, Alejandro Otero, Mercedes Pardo, Carlos Cruz Diez, Pascual Navarro, Oswaldo Vigas y Gerd Leufert.
Obtiene el Primer Premio del "IX Salón Oficial de Arte del Julio T. Arze" donde participó con dos obras una cabeza en madera y un torso tallado en madera, esta última fue la premiada y actualmente forma parte de la colección del Museo de Barquisimeto.
En 1964 obtiene por segunda vez el premio de escultura en Barquisimeto en el "X Salón de Arte Julio T. Arze". A partir de este año maneja el concepto de "torsos cóncavos", donde se plantea el problema del juego de volúmenes positivos y negativos, de entrantes y salientes a fin de lograr una mayor diversidad y movimiento en la superficie de sus esculturas.
En 1967 ejecuta "La Ronda" ubicada en la ciudad de Porlamar, Isla de Margarita, Estado Nueva Esparta que está formada por cuatro grandes figuras tomadas de la mano haciendo un círculo representado un baile folklórico. La Universidad Central de Venezuela adquiere la obra "Forma Horizontal" para la facultad de arquitectura.
En el año 1968 el Ministerio de Justicia le encarga la obra monumental "Virgen de Coromoto" para ser llevada, en representación de Venezuela, al Santuario de Nazaret, que está en la Basílica de la Anunciación, Jerusalén, Israel. Se publica el libro "Escultura y Pintura de Francisco Narváez" de Rafael Pineda.
En 1970 Introduce el concepto de "Los Ochavados" que son piezas a medio desbastar en donde surgen a la luz la contrariedad y la riqueza expresiva que no ha sido tomada y expone "Maderas y Piedras Ochavadas de Francisco Narváez" del 27 de Septiembre al 11 de Octubre en la Sala Mendoza, Caracas.
En 1971 es promulgado "Hijo Ilustre del Concejo Municipal de Distrito Santiago Mariño del Estado Nueva Esparta" y es entonces cuando comienza su época de Volúmenes.
En el año de 1972 sufre un segundo infarto al corazón. En febrero expone en la Galería Antañona "El Arte de la Multiplicación" con cinco piezas del período de las formas, esta vez vaciadas en bronce. En marzo expone en la Galería Framauro veinticinco óleos y un estuco, esta muestra llevo por nombre "óleos de Narváez". En julio expone en la Galería Gaudí de Maracaibo, muestra que estuvo compuesta por 15 obras en piedra de las canteras de Cumarebo, Estado Falcón.
En 1973 le imponen la banda de honor "Orden Andrés Bello en Primera Clase". Participa en Budapest en la "II Biennale Internacional de la Petite Sculpture" con cinco volúmenes vaciados en bronce, cromados y editados en el año 1972, evento que estuvo organizado por Du Ministere des Affaires Culturelles, Du Conseil Municipal de la ciudad de Budapest, Hungría, De L'Association Des Artistes Hongrois y De L'Institut Des Relations Culturelles Avec L'Etranger.
Participa en la "Exposición Inauguración del Museo de Arte Moderno Jesús Soto", en Ciudad Bolívar, Estado Bolívar. En julio participa en la colectiva "Homenaje 93" en la Galería Arte Contacto. En octubre expone en la Galería de Arte Contacto siendo titulada la muestra "Francisco Narváez Bocetos y Diseños". Ese Diciembre expone en los espacios de FONDENE (Fondo de Desarrollo del Estado Nueva Esparta) exposición patrocinada por este ente, Galería de Arte Contacto y el Aeropuerto Internacional del Caribe.
En abril de 1974 expone en la Galería de Arte Contacto "Narváez la Trilogía" una muestra compuesta por tallas en piedra, madera y vaciados en bronce. Participa en la exposición colectiva "Nueve Artistas Venezolanos" organizada por la Fundación Museo de Arte Contemporáneo de Caracas donde acude con cinco piezas de su última etapa volumétrica de las cuales tres son tallas directas (madera y piedra) y dos vaciados en bronce y además participa en "Ocho Artistas Venezolanos" en la Galería de Aele en Madrid - España, con el patrocinio de la Galería de Arte Contacto. Narváez es mencionado en la obra de A. Granado Valdés, "Obras de Arte de la Ciudad Universitaria de Caracas" donde aparecen las obras que ejecutó y su ubicación dentro de la Universidad Central de Venezuela.
En 1975 es condecorado con la "Orden Diego de Lozada" en Primera Clase. El Gobierno decreta la construcción del "Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez", en Porlamar, Estado Nueva Esparta. La obra monumental "Dos Volúmenes verticales" tallada en piedra de Cumarebo es ubicada en el Boulevard Guevara, de la ciudad de Porlamar, Estado Nueva Esparta.
En 1976 es condecorado con la "Orden Francisco de Miranda" en Primera Clase. En Mayo expone en la Galería Arte Contacto con una muestra de veinticuatro piezas, titulada "Narváez Bronces Bruñidos". En septiembre expone en la Marlborough Gallery en Nueva York, la muestra titulada "Francisco Narváez Bronze Sculptures", estuvo integrada por dieciséis vaciados en bronce. Se publica el libro "El Maestrazo" de Rafael Pineda.
En noviembre de este año realiza en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas una exposición con la muestra más numerosa y variada hasta esa fecha compuesta por aproximadamente 141 piezas y que abarca casi todos los períodos de su obra, tuvo carácter retrospectivo y fue titulada "Trayectoria de Francisco Narváez".
Para el año 1977 realiza la talla en piedra de Cumarebo titulada "Estela" en homenaje al Presidente Raúl Leoni que está ubicada desde ese entonces en el Boulevard Raúl Leoni, urbanización El Cafetal, Caracas. Patrocinado por el Instituto ítalo-latino Americano de Roma expone en el Palazzo Comunale en Spoleto, Italia, la muestra fue titulada "Francisco Narváez Bronzi", compuesta por quince vaciados en bronce. Participa en la "Seconde Rencontre Internationale D'Art Contemporain", Gran Palais, París, Francia.
En el mes de Marzo de 1978 participa en la colectiva de la sala CADAFE "Los Artistas Venezolanos en la Colección del Museo De Arte Contemporáneo de Caracas". También expone en la Galería SEN (Madrid, España), en el Colegio de Ingenieros de Puerto Ordaz, Estado Bolívar y en la colectiva "Cruz-Diez Narváez Soto" en la Galería de Arte Contacto en Caracas.
En 1979 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez con carácter regional con una sala permanente compuesta por 59 piezas donadas por el artista. En agosto expone dieciséis vaciados en bronce en The Miami Dade Public Library System, esta muestra itineró por Francia, Italia, España y la ciudad de Nueva York. En septiembre expone "Serigrafías de Narváez" en la Escuela de Artes plásticas "Rafael Monasterios" en la ciudad de Maracay, Estado Aragua, con un nuevo planteamiento plástico, volúmenes trabajados con la técnica de la serigrafía.
En 1980 es condecorado con la "Orden de las Fuerzas Armadas de Cooperación en Segunda Clase". Realiza en la Sala CADAFE del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, la exposición " La Colección Narváez: Esculturas, Pinturas y Serigrafías de 1927 a 1979", patrocinada por el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y CADAFE, la muestra estuvo integrada por cincuenta piezas, este grupo de obras fueron donadas al Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez con sede en Porlamar Nueva Esparta y exhibidas en la Sala Narváez. En octubre expone en el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez " El Volumen y su huella " patrocinado por la Gobernación del Estado Nueva Esparta. Se publica el libro "Narváez, La Escultura hasta Narváez" de Rafael Pineda.
Para 1981 ejecuta en la refinería Amuay, ubicada en Judibana, Estado Falcón, una talla monumental en piedra de traída de Cumarebo titulada de "El Gran Volumen, La Energía". Se editan los libros "Narváez en Paraguaná" y "Narváez" de Alfredo Boulton.
En 1982 ejecuta la obra de gran formato "Armonía de Volúmenes en el Espacio", tallada en piedra de Cumarebo y que está ubicada en la Plaza Francisco Narváez en la estación del Metro de Caracas "La Hoyada". Participa en las colectivas "Escultores Venezolanos" en la sede de la Casa de la Cultura en Maracay, Estado Aragua donde participaron: Pedro Briceño, Luis Chacón, Edgar Guindan, Gabriel Marcos, Mateo Manaure Carlos Prada, Jesús Soto, Oswaldo Severo y Cornelis Zitman; y "Colección de Arte Venezolano Contemporáneo", en la Sección de Arte Gráficas, Museo de Arte de la Universidad Simón Bolívar.
Muere el 7 de Julio de 1982.
Las obras de Francisco Narváez forman parte de nuestra memoria colectiva. Pensar en Venezuela es pasearnos por la fuente de El Silencio, por El Atleta, por la fuente de Parque Carabobo, por las fachadas del Museo de Bellas Artes o del Museo de Ciencias, por todo lo que nos es querido y permanece en nuestra memoria. Muchos de nuestros jóvenes, lamentablemente, no saben quién fue el artista, pero su obra está allí, en sus paseos visuales, en la memoria de un país anclado en nuestra memoria colectiva.
Narváez nació en Porlamar, Venezuela, en 1905; fue el quinto hijo de once hermanos; sus padres fueron José Lorenzo Narváez y Vicenta Rivera. Don José Lorenzo, hombre multifacético y creador, sembró la semilla de la creación en su hijo. “Mi padre no cabía con sus fantasías de ebanista, alarife, maestro de obra, arquitecto autodidacta”. (1). Desde pequeño Francisco se vio guiado a la actividad artística, trazaba, tallaba, hacía copias de los muebles y de los santos restaurados por su padre.
En 1920 recibe su primera comisión profesional, un San Rafael para la Iglesia de Carúpano y, en 1922, su padre lo autoriza a viajar a Caracas para seguir formándose como artista. Estudia en el taller de Marcos Castillo, en el de Ángel Cabré y Magriñá y en la Academia de Bellas Artes de Caracas, donde conoce a los pintores e intelectuales de la época.
En 1928 presenta su primera exposición individual en el Club Venezuela. Con el dinero recaudado por la venta de las obras y la ayuda de monseñor Sosa y los ministros Centeno Grau y Arcaya, viaja con beca a estudiar a París. Allí se inscribe en la Académie Julian, donde también habían estudiado Tito Salas, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena.
Es en París donde la imposibilidad de trabajar en madera lo lleva a tallar en piedra. “En París yo no tenía madera, entonces tallé mucho en piedra (…), cuando había demoliciones yo compraba pedazos de piedra, me los llevaba al taller y los esculpía”. (2)
De ese primer viaje a París también son sus primeros ensayos de esculturas volumétricas y de pintura de colores planos, unidos a la temática del mestizaje americano y la realidad criolla. Durante su permanencia en la ciudad francesa, Arturo Uslar Pietri, Alfredo Boulton y Finita Vallenilla ayudan al artista tanto financieramente como con cierta logística y, en febrero de 1930, el trío de amigos organiza para él una nueva exposición en el Club Venezuela.
Narváez se expresa así de su muestra: “(…) en ella siento que el trabajo escultórico es más mío, hecho con más seguridad, una respuesta a mi búsqueda de grandes planos, estilización y síntesis” (3), donde se refiere a la Exposición en El Club Venezuela que en febrero de 1930 organizaran Arturo Uslar Pietri, Finita Vallenilla y Alfredo Boulton. Para ese entonces, como señala el propio Boulton en su libro sobre el artista, Narváez se apartó de la mayoría de las tradiciones artísticas que para esos días prevalecían en Venezuela y fue formulando un esquema pictográfico sumamente personal y totalmente único para la Venezuela de la época.
En 1931 vuelve a Caracas e instala su taller en el Barrio Obrero de Catia. El taller se convierte en el centro de la vida intelectual del momento. “En aquellos años el taller de Francisco Narváez fue el hogar de la mejor esperanza venezolana. Ni antes, ni después, se encuentra nada semejante” (4).
Desde ese año se multiplican las exposiciones, comisiones, viajes y premios. Recibe el premio Presidente de la Republica de Venezuela, el premio Nacional de Escultura del I Salón Oficial de Arte Venezolano, el premio John Boulton del III Salón Anual de Arte Venezolano; ejecuta para la Academia Militar un relieve monumental titulado La Patria.
En 1945 realiza, por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, dos grupos escultóricos que llevan por nombre Las toninas, ambas ubicadas en la Plaza O’Leary. Allí, como él mismo afirma, incorpora ciertas pautas barrocas a las figuras a la propia fuente: “Es un trabajo de equilibrio entre las exigencias decorativas y la escultura de planos y ángulos”(5).
En 1948 recibe el Premio Nacional de Pintura. También en ese año es llamado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva para participar en el proyecto de integración de las artes en la Universidad Central de Venezuela. La producción pública de Francisco Narváez continúa con obras como la estatua de Fermín Toro, La educación, La ciencia, tres murales (ejecutados por María Luisa Tovar) para el Instituto de Medicina Experimental, El Cristo, El atleta, la estatua ecuestre del general Rafael Urdaneta
En 1953 es designado Director de la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas y en julio de ese año expone, en el Museo de Bellas Artes, la muestra “Francisco Narváez, Maderas, Piedras y Bronces”.
Narváez es, sin lugar a duda, uno de los grandes escultores venezolanos, su obra pasa por diversas etapas e intereses; a medida que el mundo del arte evoluciona, el artista no se queda en sus primeras búsquedas. Sus propuestas no son impuestas por las tendencias o la moda preponderantes, pero evoluciona experimentando con nuevos materiales e intereses.
Cuando uno lee la larga lista de exposiciones, comisiones y reconocimientos del artista, hay que recordar al Narváez que comenzó su trayectoria siendo un niño, y que, superando obstáculos, supo sacarles el mayor provecho a sus inquietudes. No se acomodó a vivir de sus éxitos, no se quedó estancado como hicieron muchos creadores de su entorno. Narváez supo leer a su alrededor los cambios en la historia del arte. No debemos olvidar que Francisco Narváez es artista en medio de todos los cambios que se dan en el arte. Pasa de los clásicos a las grandes transformaciones en el mundo del arte. Es la Europa de Picasso, Braque, Arp. Observa, está al tanto de lo que sucede en los centros del arte mundial, pero entre su oficio y su sensibilidad, el resultado es NARVÁEZ, su sello y su persona.
Francisco Narváez viene de la tradición y su primera etapa está ligada a lo clásico, a la búsqueda de las raíces, pero siempre con un lenguaje propio. A lo largo de su fructífera trayectoria supo ser él mismo, sin obviar influencias del mundo que lo rodeaba o de sus intereses artísticos: su destreza en el oficio de escultor, su selección de los materiales ya sea la madera, la piedra o el bronce; su escogencia de la temática de su obra… Su dominio y su gran oficio son siempre una constante que a lo largo del tiempo lo convierten en una figura primordial en la historia del arte contemporáneo venezolano y del mundo.
Desde sus comienzos, ningún medio le fue ajeno. Sus pinturas, dibujos, acuarelas y bocetos son un reflejo de su prolífica producción. Sus temas incluyen los retratos, nuestras tradiciones, las naturalezas muertas y los paisajes. Narváez es un creador que representa su época. Posteriormente evoluciona hacia formas más puras y simples abandonando, por breves períodos, la figuración
En 1956 declara al periódico El Nacional: “Cada día me estoy librando, es un alma que se libera de los envoltorios tan efímeros de lo circunstancial siempre más del peso obligado de la anécdota. Esta segunda etapa mía está muy cerca al abstraccionismo, aun cuando todavía haya figuras o figuraciones en las esculturas que en breve expondré. Pero abstraccionismo puro y absoluto, tratará la forma en sí como única razón de su existencia en el plano de superación artística”(6).
La superación artística fue su vida profesional. Cada período de su vida como artista él va más allá, buscando, solucionando, viendo mucho y comprendiendo cómo las diversas expresiones iban transformándose. Sus manos seguían su mirada y su mente, siempre acuciosa. A los volúmenes, les añade el movimiento.
“Francisco Narváez es un camino: el camino que ha recorrido la escultura venezolana en los últimos treinta años. Entre el llamado de la tierra, los obstáculos de las circunstancias y las solicitaciones de lo universal, ha cambiado su esfuerzo creador dándonos una obra que, ni en su abundancia, ni en su intensidad, ni en su significación tiene antecedentes en nuestra escultura”(7).
Y ya que no hubo campo al que Francisco Narváez no accediera, una de las facetas que más lo llena es su labor como docente, y ese esfuerzo se ve colmado con su designación como director de la Escuela de Arte. De Los estucos, expuestos por primera vez en la Sala Mendoza en 1962, dice haber logrado la unión entre la pintura y la escultura… La dimensión que le faltaba a la pintura. Los estucos también estarán presentes en esta exposición, donde nuevamente nos parecerán más vigentes que nunca.
Sus temas pasan por un nuevo realismo social, escenas religiosas, domésticas, hechos históricos. Sus trazos son cada vez más puros, armoniosos. El uso de materiales como la madera y la piedra se transforman en narraciones para deleite del espectador.
De sus obras en espacios públicos, el propio artista señala que en la reurbanización de El Silencio, “por exigencias del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, incorporé ciertas pautas barrocas a las figuras y a la propia fuente, cargando la línea para relacionarla con la unidad de ambiente. Es un trabajo de equilibrio entre las exigencias decorativas y la escultura de planos y ángulos” (8).
Pasan los años, los reconocimientos, las exposiciones, y Narváez no cesa de asombrarnos. Los elementos se transforman. A veces figurativos, otras abstractos o geométricos. En cada obra están sus raíces venezolanas, la raíz que lo une a su tierra, pero también encontramos sus búsquedas, nuevas visiones y su conocimiento de lo que está ocurriendo en el mundo.
En otras palabras, el artista está anclado a Venezuela, pero su mirada es global. En 1966, en El Nacional, declara: “No es arte abstracto, porque creo que ese estilo pasó de moda. Mi obra es sugerente, pues no se queda en los detalles, sino que estiliza la composición (…). El artista no puede encerrarse en el conformismo. (…) Debe seguir estudiando y vivir en permanente búsqueda (…). Vale la pena hacer notar que, en Venezuela, como no ocurre en ninguna parte del mundo, las esculturas son maltratadas sin tomar en cuenta que cada una de esas obras forma parte del patrimonio cultural de la Nación (…), falta formación y principios que obligan a cualquiera, que no pertenecen a un hombre sino a toda la sociedad” (9).
1976 es un año crucial; recibe la Orden Francisco de Miranda en su primera clase. En mayo expone en la Galería Arte Contacto (Caracas, Venezuela) veinticuatro piezas bajo el título “Narváez Bronces Bruñidos”, en junio en la Exposición de Pintura de los Países signatarios del Convenio Andrés Bello y Panamá, organizado por el Ministerio de Educación en la Casa de Bello; en julio en la Galería Ángel Boscán de la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela; en Septiembre en la Galería Marlborough de New York, Estados Unidos, con dieciséis vaciados en bronces de su última etapa. Esta muestra estuvo patrocinada por la Galería Arte Contacto y viaja posteriormente a Madrid a la Galería Sen (junio, 1978). En ese mismo año participa en el Segundo Encuentro de Artistas Contemporáneos en Galeries Nationales Gran Palais, París.
En Noviembre, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas lleva a cabo la muestra más ambiciosa del artista. Conformada por 141 piezas, la misma tiene un carácter retrospectivo e incluye todas sus etapas.
En 1979 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez en Porlamar, estado Nueva Esparta, Venezuela. El Artista dona cincuenta y nueve piezas que serán expuestas de manera permanente en la institución.
Sabio conocedor de los medios y hombre de gran oficio, Narváez nunca se limitó en sus expresiones ni búsquedas. Su versatilidad lo convierte en uno de los más grandes escultores venezolanos de todos los tiempos. Su soltura y su seguridad, tras una prolífica y creativa vida, nos permite admirarlo todavía más en la distancia.
Uno de los aspectos más importantes que podemos ver en esta gran retrospectiva que nos ofrece la Galería Ascaso en su nueva sede en Miami, es cómo Francisco Narváez desarrolla su producción con cada uno de los materiales que le son comunes: piedra, madera, bronce, y en cada uno de los medios que escogió para expresarse: pintura, escultura, dibujo. Como exhibición, no solo es una oportunidad única para disfrutar de toda su producción artística, sino un recorrido didáctico de uno de los grandes maestros de Venezuela, que tuvo la dicha de crear prácticamente durante toda su existencia.
Cabe destacar, que en el estado de la Florida, en San Agustine, podemos apreciar una obra de su autoría, el busto de José María Vargas que se encuentra en Los Jardines de la Escuela de Madera más antigua de los Estados Unidos, en la calle Saint George, específicamente en The Grove of Educators of the Americas y fue donada por el Gobierno de Venezuela en 1948.
Francisco Narváez falleció el 7 de julio de 1982 dejando un legado que se ha mantenido vivo en el alma de su país y del mundo. Esta exposición y publicación en la Galería Ascaso nos permite no sólo disfrutar nuevamente de un creador que demostró su gran oficio y una mirada al mundo que lo rodeaba partiendo de unas raíces firmes y ancladas en su tierra de origen
Citas
Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág. 10, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
Entrevista a Narváez, Lydia Pía Flamini de Tomasini, Caracas, Venezuela
Entrevista a Narváez, María Cecilia Valera, Caracas, Venezuela.
Arturo Uslar Pietri, catálogo exposición “Trayectoria de Francisco Narváez”, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, exposición 19, catálogo 19, noviembre 1976, impreso por gráficas Armitano, C.A., Caracas, Venezuela.
Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág.. 50, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
Francisco Narváez, entrevista “El Nacional’, Caracas, Venezuela, 1956.
Arturo Uslar Pietri, catálogo “Formas Nuevas”, Sala de exposiciones Fundación Eugenio Mendoza, Caracas, Venezuela, 1956.
Rafael Pineda, “Escultura y Pintura de Francisco Narváez”, pág.. 50, Instituto Nacional de Cultura y Bellas artes (INCIBA), Caracas, Venezuela, 1968 Arte no. 5, Tipografía Remar.
Francisco Narváez, entrevista “El Nacional”, Caracas, Venezuela, 1966.