Cordelia Urueta
“Estoy interesada en la denuncia, en la protesta contra la injusticia, contra la opresión, y especialmente contra el silencio”
BIOGRAFIA
Cordelia Urueta nació en 1908 en Coyoacán ( México). Fue miembro de una familia de intelectuales, artistas, diplomáticos y cineastas. Su padre fue Jesús Urueta Siqueiros, diplomático y crítico de arte de la Revista Moderna.
Pasó su infancia durante la Revolución mexicana y en la casa donde creció fue la sede de la Revista Moderna, por lo que su relación con el mundo gráfico se inició desde niña, especialmente desde las revistas, los libros de la biblioteca familiar y la colección de copias de esculturas europeas. Conoció a Dr. Atl, al que llamaba tío Murillo, y fue el primero en reconocer su talento después de ver algunos de sus retratos.
En 1919, la familia se trasladó a Buenos Aires debido al nuevo puesto diplomático que le fue asignado a su padre, que falleció a los pocos meses de su llegada, cuando Cordelia tenía sólo once años. Por ese motivo, la familia regresó a México donde pasaron un largo duelo y una nueva situación económica. Ambos factores afectaron seriamente la salud de la niña, que empezó a recobrarla un año más tarde tomando clases de dibujo, a menudo haciendo retratos de las personas más cercanas. También aprendió que el arte era su vocación, pero su salud siguió siendo frágil.
En un viaje a Nueva York conoció a Alma Reed, dueña de la galería de arte Delphic Studios y conocida promotora de arte mexicano. Reed invitó a Urueta para que participara en una exposición colectiva junto a José Clemente Orozco y Rufino Tamayo. Sin embargo, poco después su salud la forzó a retirarse temporalmente de la pintura.
En 1932 regresó a las bellas artes como profesora de arte para la Secretaría de Educación Pública. Allí comenzó a conocer a un número significativo de artistas del momento, entre las que se encontraba María Izquierdo. En 1938, obtuvo un puesto de canciller en la embajada mexicana en París, donde se instaló con su marido, el pintor Gustavo Montoya. Poco antes de que la Segunda Guerra mundial empezara, el personal de embajada de París fue evacuado, Urueta y Montoya fueron transferidos al consulado de Nueva York.
Después de regresar a México comenzó a pintar profesionalmente. Aprendió a utilizar de una nueva manera el color y así pudo expresar mejor sus emociones.
Lo que más me interesa en el arte es la sorpresa. Hasta que no llego a sorprenderme con lo que hago, aquello no me interesa. Voy buscando sin saber qué es lo que busco hasta que algo me sorprende, entonces me digo, es esto.
Temas recurrentes en su obra, los cuales se oponen a su visión fantástica, son las imágenes que hacen alusión directa al tormento de los conflictos sociales, en específico las guerras. Igualmente mostró una preocupación acerca de los problemas ecológicos. Dentro de ese gran espectro temático, las mujeres tienen un lugar importante en sus pinturas como protagonistas de secretos, amores y visiones místicas. Obtuvo sus mayores logros artísticos a finales de 1950, inicios de 1960. Formó parte de un amplio círculo intelectual de su país y desde entonces se dedicó a la pintura y a exponer.
Su primera exposición fue en el Salón de la Plástica Mexicana en 1950, a la que siguieron muchas otras exposiciones en México, Francia, Jerusalén, Escandinavia, Perú, Honduras, Japón y Nueva York. El Museo de Arte Moderno de México realizó una exposición retrospectiva de su trabajo en 1985. También ganó varias bienales como la Interamericana de Pintura y la VI Bienal de Sao Paulo, Brasil de 1961 y fue una de las artistas mencionadas en el libro “Cien años de la pintura Mexicana” de 1967.
Cordelia Urueta murió a la edad de 87 años después de una larga enfermedad. Está enterrada en Panteón Jardín de la Ciudad de México. A día de hoy a Cordelia Urueta se la considera una de las «grandes coloristas» de México” y como «Gran dama del arte abstracto».
“.......Gandsas no utiliza la pluma ni el bistre como métodos para la creación, sino la fotografía. Le confiere al paisaje el carácter de Paisaje del Mundo amplio, en el cual el observador debe volver a comenzar desde un principio, si desea comprenderse a sí mismo y su relación con la naturaleza.
Las panorámicas de cadenas montañosas le transmiten al observador una sensación de expansión, de amplitud, de respiración prolongada que abre el alma del cual resulta el rastro del ser.
Flotando, como conducida por un sueño, la mirada se hace camino a través de la virginidad heroica de un paisaje aparentemente natural. Surge una especie de “devoción”, un espacio libre para la meditación, simultáneamente una posibilidad de caminar por el mundo interior del individuo. En momentos turbulentos, una posibilidad poco frecuente de reflexión ”
Dra. Veronika Birke Vice Directora de la Colección Gráfica “ Albertina ” . Viena. Austria. 2003
La mayoría de las fotografías panorámicas miran lo inmenso de la naturaleza con el mismo temor o miedo de los pintores románticos que primero buscaron estos temas. Alberto Gandsas presenta una visión extraordinariamente personal.
Su lente es un ojo que toma todo, desde un gigantesco glaciar a un interminable lago, y lo contiene dentro de un formato horizontal que él, Gandsas, ha creado. Admira e incluso ama la Creación, pero no le teme ”.
John Spike Art Historian and Critic. Director of Florence Biennale, Italy. 2002
...Las fotografías panorámicas se ufanan soberbias, comunicándonos el verdadero alcance de su autor. No se trata solo de captar la naturaleza, como símbolo único, sino también lo humano, la presencia del hombre a través de sus construcciones, que se inter-relacionan con armonía con el medio externo.
La mirada de Alberto Gandsas nos permite penetrar en su fotografía panorámica con la serenidad de espíritu al compás de sus auténticos elementos que conforman su propia idiosincrasia.
Joan Llouis Montané
De la Asociación Internacional de Criticos de Arte. Critico de la Asociación Catalana de Artistas Plásticos.