Olga Blinder
Cuando se da la oportunidad para el desarrollo de la creatividad, es mayor la posibilidad de integrar la acción educativa y así poder alcanzar el desarrollo integral y armónico de la personalidad que es justamente, el fin de la educación.
Olga Blinder
BIOGRAFÍA
OLGA BLINDER (Asunción, Paraguay, 1921 – 2008)
Pintora, grabadora e influyente educadora. Recibió su educación formal en ingeniería (1939–43) y luego en educación (1962–65) en la Universidad Nacional de Asunción. Su formación artística provino de la instrucción privada en Argentina y Brasil con Lívio Abramo (1902-1992), Ofelia Echagüe (1904-1987) y João Rossi (1923-1999), entre otros. Blinder tuvo su primera exposición individual en 1952 en el Centro Cultural Paraguayo Americano de Asunción, acompañada de un ensayo («El manifiesto de arte moderno Paraguayo») escrito por los artistas Josefina Plá (1909-1999) y João Rossi. En 1954 Blinder cofundó el grupo Arte Nuevo con Plá, Lilí del Mónico (n. 1910) y José Laterza Parodi (1915-1981). Juntos organizaron la Primera Semana de Arte Moderno, que se hizo eco de la Semana de Arte Moderno (1922) en São Paulo y, de manera similar, tuvo como objetivo desafiar los paradigmas artísticos existentes. Teniendo en cuenta el academicismo generalizado y el conservadurismo del arte en Paraguay en ese momento, el trabajo de Blinder fue innovador y su impacto en el medio artístico de su país fue fundamental. Siguiendo la convicción de que el «arte nuevo» debería impactar la vida cotidiana de la gente común, Blinder pintó murales en escuelas y clubes deportivos en Asunción durante la década de 1950. De manera similar, esa gente común, especialmente las mujeres y los niños de la clase trabajadora, y sus vidas cotidianas se convirtieron en los temas de su arte.
Aunque es una pintora prolífica, quizás sea más conocida por sus grabados, que fueron ampliamente difundidos a través de los circuitos de las bienales y concursos internacionales de impresión en América Latina, Europa y Japón. En el grabado, primero en xilografías en la década de 1960 y luego en zincographs en la década de 1970, Blinder simplificó y sintetizó la forma humana a sus características básicas y extrajo las posibilidades expresivas inherentes a los materiales, especialmente la veta de madera en bruto. Algunos grabados —como la serie Los torturados, ca. 1970), en la que las formas humanas estaban confinadas por los parámetros de las xilografías extremadamente alargadas— abordaban de manera bastante explícita la situación bajo la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Blinder fue una educadora muy reconocida y publicó extensamente sobre arte y educación, incluyendo temas relacionados con las formas de expresión indígenas. Entre 1959 y 1976 dirigió la Escolinha de Arte de Paraguay en la Misión Cultural Brasileña en Asunción y, posteriormente, el Instituto de Arte de la Universidad Nacional de Asunción. Fue miembro de numerosas asociaciones educativas, incluido el Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte. Su Colección Circulante (grabados y dibujos presentados en exposiciones itinerantes en escuelas y otros lugares públicos), que estableció en 1972 con el artista Carlos Colombino (1937-2013), sentó las bases del Museo Paraguayo de Arte Contemporáneo. Recibió múltiples premios y distinciones en Paraguay y en el extranjero, recibió un doctorado honoris causa por la Universidad Nacional de Asunción en 2006. Blinder murió en 2008. Blinder murió en 2008. el Instituto de Arte de la Universidad Nacional de Asunción. Fue miembro de numerosas asociaciones educativas, incluido el Consejo Latinoamericano de Educación por el Arte. Su Colección Circulante (grabados y dibujos presentados en exposiciones itinerantes en escuelas y otros lugares públicos), que estableció en 1972 con el artista Carlos Colombino (1937-2013), sentó las bases del Museo Paraguayo de Arte Contemporáneo. Recibió múltiples premios y distinciones en Paraguay y en el extranjero, recibió un doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional de Asunción en 2006. Blinder murió en 2008.
Olga Blinder, artista fundamental para el resurgimiento del arte moderno paraguayo, estaba profundamente comprometida con la educación artística. Ella desafió el academicismo que dominó el arte paraguayo de mediados de siglo, enfatizando tanto la forma como el contenido mientras dirigía instituciones artísticas que priorizaban la pedagogía. En 1943, O. Blinder se licenció en ingeniería en la Universidad Nacional de Asunción (UNA), donde también completó su licenciatura en educación en 1965. Las interacciones con artistas paraguayos y brasileños impactaron su formación artística a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta: Estudió pintura con Ofelia Echagüe (1904–1987) en el Ateneo Paraguayo y trabajó con João Rossi (1923–2000) mientras Lívio Abramo (1903–1992) le enseñaba talla en madera. Posteriormente, sus pinturas y grabados adoptaron un carácter expresivo, abordando la condición humana, particularmente de mujeres y niños. Realizó su primera exposición individual en el Centro Cultural Paraguayo de Asunción en 1952. Al año siguiente presentó los cuadros A viela y Rosas en la Segunda Bienal de São Paulo.
Junto con Josefina Plá (1903–1999), Lilí del Mónico (1910–2002) y José Laterza Parodi (1915–1981), O. Blinder cofundó el Grupo Arte Nuevo en 1954. Ese mismo año, el grupo organizó el Primera Semana de Arte Moderno Paraguayo, evento que hizo eco de la pionera Semana de Arte Moderno Brasileño de 1922. Sin embargo, el grupo tuvo dificultades para encontrar una institución anfitriona. Esto se debió tanto al número limitado de espacios expositivos en Asunción como a la radicalidad de la propuesta del grupo, que se centró en el expresionismo, la humanidad y la sociedad. Como solución, el Grupo Arte Nuevo exhibió su trabajo en escaparates a lo largo de seis cuadras de la calle Palma en el centro de Asunción.
A lo largo de su carrera, O. Blinder creyó que el arte debería formar parte de la vida de todos, un enfoque que la llevó a fundar muchos centros de educación artística. En 1959, junto al educador brasileño Augusto Rodríguez (1913-1993), fundó la Escolinha de Arte de Asunción (EAA), parte de la Misión Cultural Brasileña. Dirigió la escuela hasta 1976, cuando el gobierno brasileño la despidió debido a conocidas objeciones a su dictadura militar (1964-1985). En su país natal también se mostró crítica con la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), visión que expresó a través de xilografías como Espía [Espía, 1975] o la serie Los torturados [Los torturados, ca. 1970]. En una obra de esta última serie, O. Blinder hace visible la deshumanización que el régimen infligió a los ciudadanos. Representa cuerpos rígidos y erguidos apilados, restringidos por el espacio negro que los encierra. Las huellas de las ranuras de madera del bloque de impresión hacen eco de incisiones corporales. En este sentido, técnica y contenido trabajan en conjunto para transmitir la brutalidad de la dictadura.
A pesar de su salida forzada de la EAA, jugó un papel fundamental en la inauguración de instituciones artísticas que todavía resuenan hoy. Por ejemplo, en 1972 cofundó la Colección Circulante de Arte Contemporáneo, ahora parte del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro. En 1995 inició el Instituto Superior de Arte, hoy Departamento de Arquitectura, Diseño y Arte de la Doctora Olga Blinder en la UNA. Además, fundó el Taller de Expresión Infantil (1976), entre muchas otras instituciones.
Madeline Murphy Turner
Acerca de Olga Blinder
Olga Blinder nació en Asunción, el 30 de diciembre de 1921. Estudió Ingeniería y Pedagogía en la Universidad Nacional de Asunción. Tomó clases de pintura con Ofelia Echagüe Vera y el brasileño João Rossi. Su primera exposición en el Ateneo Paraguayo, en 1950, constituyó un evento fundacional en la historia del arte paraguayo, cuyos textos de catálogo fueron escritos por Josefina Plá y Rossi, y son conocidos como el manifiesto del arte moderno paraguayo.
Junto con Josefina Plá, Lilí del Mónico y José Laterza Parodi conformó el Grupo Arte Nuevo, en 1954, el cual suponía un esfuerzo de actualización en las prácticas plásticas en Paraguay. Por su parte, en 1972,creó con Carlos Colombino la Colección Circulante, que devino el germen fundacional del Museo Paraguayo de Arte Contemporáneo (MPAC), hoy parte del Centro de Artes Visuales/Museo del Barro.
En su carácter de pedagoga fundó, junto con Augusto Rodríguez, la Escolinha de Arte de Asunción, dependiente de la Misión Cultural Brasileña, la cual dirigió hasta 1976, año en que fue destituida por razones políticas. Fundó el TEI, el IDAP y el IDEA. Posteriormente, fundó el ISA, dependiente hoy de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte, de la Universidad Nacional de Asunción, institución que hoy lleva su nombre.
Fue autora y co-autora, entre otros, de Arte actual en el Paraguay (1900-1995), La educación paraguaya 1945-1991 y En la frontera de un arte nuevo guaraní (1987-1988).
Fue merecedora del premio Afiches sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1992) y recibió una mención en la II Bienal de Pintura de Cuenca (1991), y la Medalla de Oro de la II Bienal de Córdoba(1964).
Olga Blinder y el Arte Moderno en Paraguay
Considerado el acontecimiento más importante del Arte Moderno -cuando el siglo se puso cabeza abajo- fue la destrucción del todo. La disolución de la unidad y la llegada de lo asimétrico al arte y la cultura significó la emancipación de la disonancia. La intención apuntaba a profundizar el alcance del significado, definitiva razón de ser de la condición simbólica del arte, mediante la ruptura con los sistemas de limitaciones tradicionales que encasillaban las posibilidades significativas de la plástica clásica, esencialmente equilibrada y armónica.
La obra pictórica de Olga Blinder se fue configurando en este periodo de grandes alteraciones, en un medio donde la vanguardia artística tuvo que desactivar reglas que entonces parecían inmutables, cercadas por letanías académicas con frases hechas casi sin emoción y frente a una «limitada capacidad receptiva intransigente y conservadora del espectador local. Era la etapa de los años 50 cuando la irrupción del nuevo arte intenta marchar al ritmo del tiempo moderno, una necesidad estética latente impulsaba al artista a experimentar con formas eminentemente pictóricas, vislumbrando una nueva fase semántica donde el encuentro entre naturalidad y artificialidad hallaría un justo diálogo.
Este es el momento rescatado en la presente antología, visualizando cómo se articula la práctica simbólica en una época dada y cómo ella intuye la recepción de los periodos anteriores y la transmisión de la misma a épocas futuras, El interregno en la expresión plástica de esos años fue el momento de la incubación del Arte Moderno en Paraguay y de su paradójica prolongación que se dio en llamar Posmodernidad. La insurrección de la década del 50 trajo aparejado el juego al cambio del ambiente productor del arte, el reemplazo de los códigos existentes y los valores considerados absolutos fueron en realidad relativos a un conjunto de circunstancias ambientales, culturales o históricas, Olga Blinder realiza su primera exposición individual en 1952, (Mesa pobre, La compra, La calesita). El hecho notable de esta muestra es el catálogo que la acompaña, con comentarios críticos de Josefina Plá y Joao Rossi en los que se habla con énfasis acerca de los nuevos gustos estéticos del nuevo arte que sólo puede ser hecho hoy, reflejo del hombre contemporáneo. Por primera vez en nuestro medio una expresión reflexivo-literaria acompaña a una expresión plástica. La Crítica de Arte, debate intelectual sobre las artes plásticas, estaba naciendo en Paraguay.
Al poco tiempo, la pintura de Olga nos muestra versiones -tardías y filtradas por la geometría sensible de versión brasilera o rioplatense- de algunos de los ismos europeos (Paisaje cubista, Flores amarillas). La artista para entonces ya había percibido -a través de las enseñanzas de Ofelia Echagüe Vera primero y de Joao Rossi más tarde- ese algo diferente, aquel fluido vibrante que señalaba los dos nuevos caminos de la plástica contemporánea: hacia lo formal uno, el otro hacia lo expresivo.
La nueva semántica había arribado con la llegada de las corrientes modernizadoras, renovados impulsos rupturistas alentaban a nuestros artistas; más que una necesidad estética parecía una premura por estar a la moda y recuperar el tiempo perdido, Se confundían entonces en el vocabulario artístico las expresiones de un arte realista naturalista dominado todavía por el principio de mimesis, ficción imitativa de la realidad de influencia italianizante; ecos de posimpresionismo; aperturas tardías al cubismo y expresionismo de comienzos de siglo y aplicaciones demoradas de cierta geometrizacion del art decó, sumadas a las primeras apariciones del expresionismo de la nueva figuración (neo-figuración),
La exposición de 1954 del Grupo Arte Nuevo salió a buscar (desde las vidrieras de la calle Palma) y se enfrentó a un público desconcertado para quien de pronto se hacía difícil el disfrute del arte, Josefina Plá, Lilí Del Mónico, José Laterza Parodi y Olga Blinder compartían entonces la obsesión por aprehender la escurridiza originalidad del arte contemporáneo sin perder la propia identidad y acceder de este modo a las diferentes bellezas del arte (Mujer de los cántaros, Maternidad) quebrantando las apariencias en busca de la verdad. Es indicativo de ese momento de propuestas impares, alguna confusión e inseguridad del creador respecto a que su trabajo represente o traduzca con eficiencia la propia época. Pero la aventura pictórica estaba en marcha, el arte nuevo –introversión desesperada en busca de lo inmutable y lo perenne- ya se había lanzado en pro de reivindicaciones espirituales (Pareja triste, Los novios).
Las obras de las décadas del 60/70 nos muestran ya el imaginario plástico de Olga en estrecha alianza con el arte contemporáneo. Formas expresamente pictóricas, factura vigorosa y rica calidad física de la materia se conjugan en la búsqueda insistente del hecho formal, del signo expresivo y sus posteriores autonomías. La artista va definiendo su temperamento y su curiosidad intelectual cerca de Josefina Plá y afinando la práctica artística en los talleres de grabado de Livio Abramo (llegado a Paraguay en 1956); Josefina le proporcionaba el sustento teórico para afirmar en su obra los nuevos argumentos y requerimientos del arte moderno, Livio le indicaba las técnicas necesarias para el dominio de las formas tendientes a enriquecer y equilibrar contenidos (Inútil espera, Mujer, Sy).
Es entonces cuando sus composiciones se cargan de intensidad y calidad en la propuesta, un pincel áspero cambia el color y la materia se agolpa en texturas sugerentes (La sombrilla). En estos años, Olga trabaja en la serie de grabados en madera (xilografías) un expresionismo propio de la nueva figuración que acusa la sensibilidad extrema de la artista ante los problemas sociales y políticos de su pueblo (Hombre triste, Los torturados) y la condición humana perdida en la arena del desierto de su historia. Una mirada centrada y sosegada colma sus narraciones pictóricas de fuerza y expresividad (Como los miramos).
Así se van afianzando las investigaciones formales en las técnicas diversas (dibujo, pintura, grabado, técnicas mixtas, impresiones múltiples) explorando trayectos diversos, paralelos a veces, cruzados o superpuestos, otras. En 1967 Oiga sorprende con su serie de pinturas sobre soportes recortados (Señoritas, Dicen que.., Carisma), se evidencia en ellas el empeño de la creadora en las investigaciones y búsquedas riesgosas que la mueven desde el inicio de su carrera y que la muestran no en la simple búsqueda de prestigio cultural sino en el trabajo constante para consolidar su lenguaje visual y tratar de resolver los problemas que presenta el arte de vanguardia: aquellos que se acercan por medio de la abstracción al nuevo teorema acerca del espacio y la geometría, el retorno a la espiritualidad en la búsqueda dentro de sí mismo, la poética del puro impacto visual y la línea de preocupación lingüística o analítica/conceptual. Las series de los Homenajes: a Antonin Artaud, Josefina Plá o Joseph Albers y la serie de los papeles rotos, son obras comprometedoras y anunciadoras de momentos muy importantes en el arte paraguayo.
De estas variadas experiencias -«pequeños laboratorios clandestinos»- de rescate de sus propias imágenes o de las fortuitas que se despiertan al azar de alguna mancha o línea casual, surge El proceso de la mancha (Homenaje a Batlle Planas) serie que también se suma a los discursos que investigan cualquier posibilidad expresiva. A esta serie de aventuras creativas pertenece además el montaje presentado en el 78 en la muestra de Arte catastrófico y que denominó «Señorita sin pies ni cabeza» y que hoy se instala para recibir al espectador.
En todos estos años de quehacer artístico, Olga Blinder se ha acercado al destino diverso del arte contemporáneo. Su trabajo tiene el mérito valiosísimo de marchar constante al encuentro de la forma propia y la preocupación inalterable, como el cariño y el tiempo dedicado a la docencia, de transmitir sin escamoteos ese proceso. Con su obra ha recorrido los grandes apartados del arte moderno: la Figuración (Figuración deformante, Neo-figuración) y la Abstracción (Abstracción lírica, geometrizante) hasta diversos abordajes a lo conceptual; pero siempre, permanentemente asomada a los balcones del mundo humano, siempre solidaria a la condición humana.
Siguiendo este destino, construye el escenario donde monta á sus figuras metafóricas, simbólicas o fantásticas; en ellas dejará sus huellas, sus ademanes, sus ascensiones cósmicas y sus precipitaciones infernales: porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible. Y por fin, austera y reflexiva en su preocupación por la renovación de la estructura plástica, expresiva y espiritual en su acercamiento al hombre como sujeto y ser social, Olga Blinder ha llegado a colmar, de manera muy sensible, el foso que existe entre conciencia y emoción.
El arte del siglo XX, delirante y palabrero, dio el gran paso hacia la vida, quizás en el siglo XXI lo veamos disolverse totalmente en ella.
Fuente: Olga Blinder, retrospectiva. Manzana de la Rivera, 2003
AICA Paraguay