Carlos Alonso
Desde joven Alonso fue un artista comprometido con el “nuevo realismo”, mostrando tanto el vitalismo gozante de los cuerpos amorosos, como la laceración de los hambrientos o la opresión de la aristocracia vulgar y altanera.
llustrador de El Quijote, la Divina Comedia y de una veintena de libros más, en los 70 sus pinturas preanunciaron el terrorismo de Estado que llegaría con el golpe militar y que, en lo personal, lo hirió profundamente.
Recibió en dos ocasiones (1982, 1992) el premio Konex de Platino como el mejor dibujante de la década en Argentina.
En 2012 recibió el premio Konex Mención Especial a la Trayectoria a las Artes Visuales por el trabajo de toda su vida.
BIOGRAFÍA
CARLOS ALONSO (Argentina, 1929 – )
Pintor, dibujante y grabador. Ingresó a los 14 años en la Academia Nacional de Bellas Artes de Tunuyán. Recibió su primer premio en el Salón de Estudiantes de 1947, y en 1953 expuso en la Galería Viau de Buenos Aires, lo que le proporcionó los fondos necesarios para, un año después, viajar a Europa, donde expuso en París y Madrid. En 1951 ganó el primer premio del Salón de Pintura de San Rafael (Mendoza), el del Salón del Norte (Santiago del Estero) y el de dibujo en el Salón del Norte (Tucumán). En 1957 fue el ganador del concurso convocado por la editorial Emecé para ilustrar la segunda parte de Don Quijote de la Mancha y Martín Fierro (1959). En los 90 le encargaron las pinturas para los paneles centrales en la cúpula del Teatro del Libertador General San Martín en la importante ciudad argentina de Córdoba. En el 2005, en el que la obra de Cervantes cumplía 400 años, el Museo del Dibujo y la Ilustración realizó una muestra homenaje en el Museo Eduardo Sívori de la Ciudad de Buenos Aires, donde fueron expuestos grabados y dibujos realizados por Carlos Alonso para ilustrar la obra más significativa del habla hispana. Tras el golpe de Estado de 1976 y la desaparición de su hija Paloma al año siguiente, Alonso se exilió a Italia, y en 1979 se trasladó a Madrid. Dos años después regresó a Argentina. En su obra están presentes las heridas producidas por la dictadura militar. Ha recibido en dos ocasiones el Premio Konex de Platino (1982 y 1992) como el mejor Dibujante de la década de la Argentina y en 2012 recibió el Premio Konex Mención Especial a la Trayectoria de las Artes Visuales por su trabajo de toda su vida.
Carlos Alonso, gran pintor argentino
Hace 94 años nacía, en la ciudad mendocina de Tunuyán, el pintor, dibujante y grabador argentino.
Un 4 de febrero de 1929 nacía uno de los mejores pintores argentinos. Según su madre, Carlos Alonso ya dibujaba antes de aprender a leer y a escribir. Dibujó siempre, pero no como suelen dibujar los niños, sus dibujos apuntaban a la historieta, a un relato, a la descripción gráfica de su vida, de lo que veía, no de lo que imaginaba. Durante el colegio secundario, en Mendoza, siguió dibujando todo el tiempo. Dibujaba en la clase de historia, en la de geografía, en la de matemática, y tanto que dibujaba que logró algo que le reafirmó su vocación: en el hall de entrada de su colegio hicieron una exposición de sus cuadernos de clase con los dibujos. Los compañeros lo felicitaban, le decían que siguiera dibujando. Y él siguió, con la misma firmeza y la misma vocación que de niño.
A los veintipico de años, viajó a Europa y vio los cuadros del español Diego Velázquez. Al verlos, dijo: “ni aunque viva mil años voy a pintar así”. Sintió un shock fuerte; un shock al revés. Sin embargo, cuando vio los del holandés Vincent van Gogh le pasó lo contrario. Tuvo la impresión de que esa pintura la podía hacer. Por un lado, el nivel de calidad, de estética, de resolución de la forma y de la imagen, de Velázquez; por otro, en Van Gogh, la imagen más directa, más cercana, y que le hizo pensar que podría hacerla. Y cuando volvió a la Argentina, todo aquel mundo y aquella fantasía le hicieron sentir la necesidad de reflejar la propia realidad, la realidad de todos los días.
Se fue un año a estudiar con Lino Spilimbergo a Tucumán. Luego, otro año a Santiago del Estero. Allí descubrió nenes con la panza hinchada por el hambre. Descubrió la miseria y las dificultades para sobrevivir. Y todo eso, contó en una entrevista de 2018, le cambió completamente el lenguaje.
"Creo que un artista tiene un grado de responsabilidad con la comunidad a la que pertenece. Elegí reflejar lo que pasaba en situaciones de emergencia, en situaciones de pobreza, en situaciones que no correspondían a la capacidad, la posibilidad, la imagen o el deseo que uno tenía de su propio país”.
La violencia sobre los cuerpos se transformó en un tema recurrente en su obra, con fuerte impronta política y social. Tras el golpe de Estado de 1976 y la desaparición de su hija, Paloma Alonso, se exilió en Roma y en 1979 se mudó a Madrid. Regresó al país en 1981 y se instaló en Córdoba, donde vive actualmente.
Entre muchos otros premios, recibió en dos ocasiones el Premio Konex de Platino (1982 y 1992) como el mejor Dibujante de la década de la Argentina y en 2012 recibió el Premio Konex Mención Especial a la Trayectoria de las Artes Visuales por su trabajo de toda su vida.
Alonso cree que de algún modo, el arte es patrimonio de la gente y parte del bien común de la sociedad.
“Si la obra no está hecha para decorar o expresar la propia existencia, creo que el mejor destino para la obra es que pueda servir para expresar los sucesos y lo que acontece en la vida social”, ha dicho.
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