JOSÉ CÁRREGA NÚÑEZ (Buenos Aires, 1911 – Córdoba, 1986)
Nació en Buenos Aires el 5 de mayo de 1911. Se radica en la ciudad de Córdoba en 1921, donde reside hasta su fallecimiento, en junio de 1986. Egresa en 1939 de la Academia Provincial de Bellas Artes como Profesor de Dibujo y Pintura, galardonado con la medalla de oro al mejor alumno de su promoción. Fueron sus maestros Carlos Bazzini Barros, Francisco Vidal, Carlos Camilloni y Antonio Pedone. En 1944 contrae matrimonio con Alicia Callizo, también pintora y docente, madre de sus tres hijas. Ejerció la docencia en escuelas secundarias. Ha sido fundador y primer presidente de APAC (Asociación de Artistas Plásticos de Córdoba), entre los años 1968 y 1972. Concurrió al Salón Nacional en 1950 y posteriormente a los salones de Santa Fe, de Córdoba, de La Plata, y de Tucumán, y entre los años 1938 a 1986 figuró en más de cien muestras colectivas en ciudades de Argentina y de Latinoamérica. Obtuvo importantes distinciones: Plaqueta de Plata Jockey Club en el Salón Nacional de Córdoba; Medalla de Oro en el Primer Salón de Acuarelistas y Grabadores de Córdoba; Medalla de Oro en el Salón Nacional de San Juan en 1948; Primer Premio Adquisición Fondo Nacional de las Artes, Premio Adquisición Salón Nacional de Córdoba, 1961; Premio Gob. de Cba. Medalla de Oro. Salón Nacional de Dean Funes, Córdoba, 1966; Primer Premio Adquisición en Dibujo. 15º Salón Nacional de Córdoba. Museo Emilio Caraffa. Cba., 1966; Gran Premio de Honor (Adquisición) en Pintura. Salón APAC. Córdoba, 1975; entre otros.
Si bien trabajó el óleo, acrílico, esmalte, temple y témpera, casi la totalidad de su producción pictórica se expresó con las acuarelas. Paisajes americanistas, suburbios, barrancas, y la presencia del hombre no exenta de tintes sociales. El paisaje abandona entonces su carácter descriptivo, para enriquecerse con vivencias sensitivas del mundo. Sensible colorista, realizó más de cinco mil obras en su trayectoria. Al observar sus trabajos, asombra la oposición entre la mansedumbre de sus paisajes y la fiereza de la mirada de alguno de sus personajes. Es que Cárrega ha sido capaz de descubrir el alma de la naturaleza y también de recrear las bondades y miserias de la condición humana.