Tarsila do Amaral es una de las artistas más importantes del siglo XX no sólo brasileño y americano sino a nivel mundial. Su producción pasó por varias etapas pero el periodo más influyente y en el que más cambios registró fue la década de 1920.
Tras su divorcio en 1912, se traslada a Sao Paulo donde comienza a estudiar pintura tras conocer al artista William Zadig. Vuelve a Europa años más tarde y entra en contacto con las obras vanguardistas parisinas además de viajar a España en diversas ocasiones.
Del Salón Oficial a la Negra y Pau-Brasil
En 1922 logra entrar en el Salón Oficial de Artistas gracias a un retrato de mujer que llamó Pasaporte por servirle de acceso.
Poco más tarde, en Brasil, conoce y se enamora de Oswald Andrade y conoce al círculo intelectual brasileño, aquellos que vivían en Brasil y aquellos que vivían en Europa junto con otros artistas europeos como Brancusi, Satie o Leger, gracias en parte a Blaise Cendrars, poeta suizo. En estos años su pintura se ve claramente influenciada por las vanguardias y comienza a adoptar el cubismo, aunque pronto lo convertirá en un estilo propio.
En ese momento pintó una de sus piezas más importantes de su carrera, La Negra, que posteriormente se expondrá con las piezas de la serie Antropofagia. La Negra era una figura relacionada con su infancia, ya que estaba habituada a ver a las mujeres negras hijas de esclavos que cuidaban a los niños y a veces hacían funciones de amas de leche.
Con esa pieza comienza un interés mucho más profundo por lo brasileño, por su Historia, su folklore, su arte y su paisaje. En Brasil, en compañía de Blaise Cendrars y un grupo de modernistas, dibuja el carnaval de Río de Janeiro y los paisajes de Minas Gerais, donde pasó la Semana Santa.
A este periodo de sumo interés por lo propio se le conoce como Pau-Brasil y se caracteriza por sus vivos colores, la presencia de elementos naturales y del paisaje y por las influencia folkoristas y cubistas.
Con la Revolución de Isidro Dias en julio de 1924 Tarsila vuelve a París y, posteriormente, también lo hace Oswald Andrade, aunque regresan meses después para que ella haga una serie de obras que en 1926 se expusieron junto con La Negra. Fue la culminación del periodo Pau-Brasil.
Período Antropofágico
En agosto de 1926 Andrade y Tarsila se casan y ella ilustra algunas de sus obras como El Primer cuaderno del alumno de poesía. El siguiente periodo dentro de la obra de la pintora surge por sorpresa, ya que nace de un regalo de cumpleaños que ella misma le hace a Oswald Andrade. Fue el cuadro Abaporu, que dejó impresionado a su mariado y escritor Raul Bopp, quienes pensaron que parecía una figura indígena que se comía a sí misma, lo que le servió a Tarsila do Amaral para ponerle su título, que significa hombre que come carne humana.
Fue el comienzo del movimiento Antropofágico que quería deglutir, engullir la cultura europea para transformarla en algo brasileño.
Por otro lado, la figura de Abaporu fue una imagen proveniente de su propia imaginación y resulta de aquellas historias fantásticas de monstruos que comían gente que las negras que conoció en su infancia le contaban.
En pleno apogeo de este movimiento tuvo lugar el crack de 1929 que junto con la Crisis del Café de Brasil cambiaron su vida ya que su familia poseía grandes fincas y perdió mucho dinero, incluso tuvo que comenzar a trabajar. Otro hecho que supuso que ese año fuera uno de los más difíciles de su vida fue la separación de Oswald Andrade, lo que también fue un shock en todo Brasil.
Años 30 en adelante
Tras ello conoce a un médico comunista, Osório César, quien le hace conocer los movimientos operarios de los que ella también toma parte hasta que fue encarcelada por participar en las reuniones del Partido Comunista. A pesar de ello su pintura sí que se transforma y abandona su anterior periodo para pintar temas sociales.
Tarsila do Amaral nunca abandonó la pintura y en décadas posteriores vuelve a centrarse en el periodo Pau-Brasil además de tener la suerte de ser reconocida en vida con su participación en la I Bienal de Sao Paulo, teniendo sala espacial en la VII edición de la misma, y llegando a participar en la Bienal de Venecia de 1964.
Falleció en enero de 1973 y hoy es una de las artistas brasileñas más importantes de la Historia del Arte del siglo XX.