Hasta el 27 de enero de 2019 El Museo del Barrio de Nueva York presenta una exposición de Liliana Porter que reúne trabajos realizados por la artista argentina a lo largo de 50 años, desde la década del 70 hasta la actualidad. Other Situations (Otras Situaciones) -tal el título de la muestra, curada por Humberto Moro, curador jefe de la Savannah College of Art and Design (SCAD)- explora los límites entre realidad y ficción, por un lado, y la manera en que las imágenes circulan y se consumen, por el otro.
Con 30 instlaciones/objetos y dos videos, la exposición destaca la distinción fundamental que Porter crea entre las nociones de “narrativa” y “situación” en contraste con las estructuras implícitas en la mayoría de las historias –estructuras que no le interesan a la artista– que sugieren una relación con el tiempo. La simultaneidad de cosas fragmentadas y separadas en el tiempo es clave en la obra de la artista argentina que vive desde hace décadas en Nueva York.
En su trabajo el pasado y el futuro de una acción se vuelve irrelevante frente a la urgencia y el absurdo de los problemas que enfrentan los personajes retratados. Puestos a dialogar entre ellos o integrando grupos mayores, los personajes de Porter –un panteón de figuras culturales como Elvis, Jesús, el ratón Mickey, Mao y Benito Juárez– evocan cuestiones sobre la representación, la circulación de las imágenes y la vida pública y adquieren relevancia mayor en una actualidad donde se confunden y entrecruzan la política, la espectáculo y el culto a la celebridad.
En “Juan de Arco, Elvis, Che”, una de las piezas de la muestra, se ve pequeños bustos de Elvis Presley y el Che Guevara junto con una porción de queso Brie de la marca Juana de Arco. “Esto es lo que el tiempo hace con los héroes”, dice Porter con humor.
El marco despojado es clave en los trabajos de la artista. “En general mis obras ocurren en el vacío para tratar de evitar todo contexto. El contexto implica tiempo. Sin contexto, es posible ver de forma más directa, como pura metáfora”, explica.
En la muestra hay varias instalaciones de la serie “Trabajos forzado”: personajes diminutos con un pincel, un pico o una escoba, ocupados en trabajos titánicos. Por ejemplo, a un hombrecito arreglando un reloj varias veces más grande que él mismo; otro que intenta pintar de azul la superficie de dos gigantescas paredes blancas, o una mujer del tamaño de un alfiler que teje y teje una tela gigante de color rosa. “Son metáforas de nosotros enfrentados a tareas que son superiores a nuestra capacidad –dice Porter–. Los personajes están muy determinados, parecen no estar al tanto de que tal vez no lograrán lo que se proponen. Esa ignorancia es graciosa”.
Other Situations
Liliana Porter