»Cándido Bidó fue un pintor cuya obra destila el espíritu representativo del Caribe. En todas sus realizaciones apreciamos un enfoque singular que emplea las posibilidades idealizantes yacentes en la realidad»
José Antonio Pérez
Cándido Bidó nació en 1936, en Bonao, capital de la provincia de Monseñor Nouel, en la República Dominicana. En 1951, se trasladó a Santo Domingo para trabajar en el Colegio Serafín de Asís, fundado el 2 de febrero de 1931 por una Comunidad de monjas franciscanas. Es en el Serafín de Asís que la vida de Bidó como artista toma forma. Por las tardes, y con el apoyo de las monjas, Bidó comienza a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Santo Domingo. En la Escuela de Bellas Artes, Bidó tuvo la oportunidad de estudiar bajo la guía de Gilberto Hernández Ortega, José Gausachs, Clara Ledesma y Jaime Colson; graduándose en 1962. Tras su graduación, trabajó como profesor asistente en la Escuela Nacional de Artes hasta 1967, cuando recibe un puesto como profesor de facultad hasta 1981. En 1982, inaugura el Centro de Arte Cándido Bidó en Santo Domingo, enseñando pintura, dibujo y escultura. El centro opera hasta 1987, después de lo cual, Bidó regresa a su ciudad natal de Banao y abre la Plaza del Centro Cultural, y el Museo de Arte Cándido Bidó. Esto es seguido por la apertura de la Escuela de Artes de la Fuerza Aérea Dominicana en Santo Domingo, en 1996.
Durante su larga carrera el artista dominicano ha participado en innumerables exposiciones, bienales y concursos, tanto en territorio nacional como en el extranjero, incluyendo: Nueva York, Puerto Rico, St. Thomas, Colombia, España, Francia, Israel, Brasil, Washington, D.C., Londres, Alemania, Haití, Italia, México, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Martinica, Corea, Yugoslavia, Japón y Bélgica, siendo la XIII Bienal Nacional (Santo Domingo, 1974) donde consigue el Primer Premio. Sus obras se exhiben en diversos museos, entre los que se destacan el de La Tertulia de Cali y los de Arte Contemporáneo de Panamá y España. Es considerado uno de los artistas más representativos de la pintura caribeña ya que utiliza los pigmentos cálidos y vibrantes de trópico. En su trabajo aparecen soles, frutas, flores y montañas, como elementos constantes en los que predominan tonos vivos y contrastados. Para los conocedores de su obra, la pintura de Bidó es muy popular debido a su expresión profundamente humanista y social y porque responde a una identidad dominicana y caribeña absolutamente auténtica. Justamente son los colores y los temas, en su mayoría enternecedores, los que han hecho famosa su pintura. Se trata de formas y colores donde los más humildes, los seres más simples son los protagonistas: una vendedora de muñecas, una madre con su hijo en los brazos, un niño o una mujer con un ave. Todos ellos dan una sensación de paz, de bondad y de inocencia.
También son características de su trabajo las líneas negras que recortan las siluetas de estos personajes sobre fondos de montañas, campos y ciudades. »Las frutas, las flores y los pájaros completan este universo de escenas bucólicas en las que sus pinceles, ricos en materia, combinan los azules y los naranjas en una explosión luminosa que simboliza la exuberante naturaleza de la tierra. El sol es, desde un ángulo discreto, perpetuo y vigilante, fuente de luz y calor, origen de la vida; de esa vida que palpita y vibra en los lienzos de este gran artista», escribió en una ocasión la teórica María Ugarte.
A pesar de su éxito internacional a Cándido Bidó lo motivó aún más la Fundación Bonao para la Cultura que el mismo creó en 1987. En ese edificio, decorado con un gran mural del artista, se imparten clases de danza moderna, folclórica, música, pintura, escultura, teatro y artesanía. La población estudiantil de esa institución asciende a 350 personas quienes vienen de localidades como Moca, la Vega, El Abanico y Cotuí a instruirse por 22 profesores.
Falleció en Santo Domingo, el 7 de marzo de 2011.