GONZALO ENDARA CROW
“La pintura de Endara no es naif. Tiene, eso sí, notas primitivistas -hábilmente orquestadas-. Es pintura mágica. En la línea del realismo maravilloso americano, cuya tarea es rasgar capas de epidermis para develar sueños, miedos, ilusiones, obscuras confabulaciones compensatorias o premonitorias. Endara Crow es una suerte de mago que en el yermo de lo cotidiano hace brotar globos de colores luminosos, hombres con alas, huevos gigantescos y extrañas aves violetas, caballos azules, rubicundas manzanas anunciadoras de prosperidad, enormes campanas milenariamente perdidas, trenes que llegan trayendo descomunales peces o que cruzan cielos límpidos entre brillantes nevados, arcoiris de los cuales las gentes pueden llevarse a casa un pedazo…”
Hernán Rodríguez Castelo.
Gonzalo Endara Crow nace en Bucay – Ecuador el 17 de mayo de 1936 y muere en Quito, 14 de abril de 1996) fue un pintor y escultor ecuatoriano.
Desde una temprana edad se mostró muy interesado en el arte, de joven estudió pintura en la Universidad Central en Quito. Adoptó un estilo diferente al principio de su carrera que le acompaño durante toda su vida. La geografía ecuatoriana y los brillantes colores utilizados por los artesanos indígenas en su labor fueron sus dos influencias principales que penetraron en su trabajo durante toda su carrera. Endara Crow es considerado uno de los pintores latinoamericanos más importantes de la segunda mitad del siglo 20. Su obra es universal, y ofrece una perspectiva estética de la cultura andina y su gente.
Su obra más reconocida es «El Tren Volador”. De niño, Endara Crow quedo asombrado por los trenes desde que su padre trabajó en el ferrocarril, esto se convirtió en una inspiración para su obra maestra, en la que muestra a un tren en vuelo, de ahí el título, que combina con un paisaje montañoso de colores. Otro motivo surrealista común en sus pinturas lluvia, campanas o esferas como en su obra Sin título de fecha 29 de julio 1988.
Endara fue también escultor, con dos monumentos importantes esculpidos en Sangolquí. Estos dos monumentos son «El Choclo» y «El Colibrí», ambos representan la belleza natural, así como la importancia de la agricultura de la Sierra ecuatoriana.
Varios historiadores del arte y los críticos se han referido a su trabajo como realismo mágico, un término que se utiliza a menudo cuando se habla de la literatura del siglo XX de América Latina. Al igual que en los textos del realismo mágico, sus cuadros tratan de ampliar las categorías de lo real a fin de abarcar el mito. La magia y otros fenómenos de carácter extraordinario – todos los que están excluidos por la cultura europea – encuentran su lugar en la pintura de Endara Crow.
El realismo mágico en la pintura se puede distinguir por la forma en que se mezclan la realidad y fantasía. Cualquier distinción entre los dos se borra a través de la combinación de elementos de fantasía y mitología con la ficción de una manera poco realista. Como en los textos del realismo mágico de Gabriel García Márquez, las pinturas de Gonzalo Endara Crow tejen los elementos fantásticos con presentación inexpresiva.