El pintor abstracto Samson Flexor

El artista plástico Samson Flexor nació en una familia judía, en la ciudad de Soroca (Besarabia, hoy en la Republica Moldavia), en 1907. Es considerado el pionero del abstraccionismo en Brasil. La primera pintura conocida de Flexor data del 1920 y representa un paisaje de su ciudad natal, Soroca. En esa época, Soroca era parte del Imperio Ruso y con la llegada de la Revolución en Rusia, en 1917, su familia se traslada a Rumania. En el año 1922, Samson Flexor estudiaba en Bruselas, tanto la licenciatura de química como de Bellas Artes en la Academie Royale des Beaux-Arts. En 1924, estudiaba en la Ecole Nacionale des Beaux-Arts de Paris, siendo alumno de Lucien Simon, y más tarde en la Academie Ranson, teniendo clases con Roger Bissiere. En el mismo tiempo, estudiaba Historia en la Sorbona. En esta época, pintaba en un estilo figurativo, influenciado por las vanguardias de Paris y ya tuvo su primera exposición en la galería Campagne Première.
En 1929, fundó, junto con otros, el Salón des Surindépendants, que dirigió hasta el año 1938.
En 1930, obtuvo la ciudadanía francesa y realizó su servicio militar en los Alpes, donde conoció a Tatiana Yablokoff, quien se convertiría en su esposa, pero que murió en el parto de uno de sus hijos, en 1933.
Flexor empezó a estudiar el arte bizantino y el simbolismo del arte sagrado y realizó varios murales y frescos para diferentes iglesias. En 1934, se casó con Margo Mezcycer, con quien vivirá durante toda su vida y quien le dio dos hijos: Jean-Marie (n. 1939) y André Victor (n.1944).
Durante la Segunda Guerra Mundial, Flexor fue miembro de la Resistencia Francesa, y tuvo que huir junto con su familia, llegando hasta Brasil. En este periodo continuó sus trabajos con temática religiosa, con representaciones de Cristo. En Brasil, entre 1945 y 1951 realizó las pinturas en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima.
En 1945, cuando la guerra acabó, Flexor y su familia volvieron a Francia. Se interesaba ahora más por la geometría, el color y la luz. Entre 1947-48, su estilo cambió cada vez más con la introducción de elementos tropicales observados en Brasil. Se trata de figuras geométricas, montadas por recortes de planos.
En 1948, vuelve a Brasil, a Sao Paulo, época de mayor desenvolvimiento de la ciudad. Expone en el MAM de Sao Paulo en 1949 y luego en la Primera Bienal de Sao Paulo, en 1951. Influenciado por Leon Degand, el director del MAM, empieza a considerar cada vez más que la pintura debería expresarse por sí misma, defendiendo el arte abstracto en contra de lo llamaba copia de la naturaleza. La única excepción era permitida aún en las pinturas religiosas donde se puede observar la influencia de lo figurativo como en Cristo en la Cruz. En 1951, Flexor fundó el primer grupo de arte abstracto de Brasil, el Taller Abstracción, un espacio para el desenvolvimiento de una ordenación calculada de las formas y de los colores. Entró en litigios estéticos con los “concretistas” a quienes llamaba “concretinos”. El crítico Sergio Millet decía que el test para entrar en el Taller Abstracción consistía en diseñar un violín con regla y escuadro. En esta época hace innumerables ejercicios con las leyes naturales de la armonía y de la proporción, estudiando el concepto clásico de la proporción divina. Flexor retomó los conceptos clásicos, aspirando a una representación del mundo en su pintura en su forma original, en busca de la pureza. Los conceptos espirituales del arte abstracto también son encontrados en Kandinsky y Mondrian. Participó a la XXVII Bienal de Venecia (1954), junto con sus alunos: Lívio Abramo, Antonio Bandeira, Portinari, Volpi, Lygia Clark, Arnaldo Pedroso d’Horta y Ivan Serpa. En 1956, expuso en Nueva York donde también encuentra una nueva inspiración y su arte se vuelve más lírica. En el número 28 (1957) de la revista Habitat, publicó con el título Consideraciones sobre el arte abstracto su más amplio manifesto artistico. En 1958, Flexor obtuvo la ciudadanía brasileña, inició los trabajos de frescos para la Iglesia Nossa Senhora do Perpétuo Socorro. Este periodo está caracterizado por ejercicios en acuarela sobre papel y estudios sobre la fluidez, transparencia. En 1963 se organizó la más amplia exposición retrospectiva, con 120 trabajos, en la Galerie Georges Bongers, de Paris. Uno de los trabajos de esta exposición ha sido adquirido por el Museo del Arte Moderno de Francia. En la última década de los 60, Flexor vuelve a la figuración, con su fase llamada por él mismo: Polarización del figuratismo abstracto. Con sus Bípedes, Flexor medita sobre el ser humano y su mundo destructivo. En 1969, Flexor comienza a desintegrar las figuras sobre un fondo blanco, consciente de la proximidad de su propia muerte, que ocurrió en 1971, en Sao Paulo.