Reseñas

Reinaldo Giúdici volvió de su aprendizaje europeo en 1886 y, junto con Ángel Della Valle, estuvo dedicado en forma absolutamente desinteresada a la docencia en la Academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.

Fue un impulsor de las artes plásticas en la Argentina.

Sus obras son la unión entre el realismo crudo de la existencia y los sueños coloristas que un ser humano puede llevar impresos en su corazón.

Sus paisajes son inconfundibles por las anchas pinceladas. El introspectivo pintor desplegó su caballete en las sierras cordobesas, la llanura pampeana, las sierras de Tandil, la costa de Quilmes, las barrancas de San Isidro, Hudson y los bosques de Palermo.

Es el único artista plástico tucumano entre sus contemporáneos, que fue distinguido con el Gran Premio de Honor Presidencia de la Nación en 1991.

Un artista dotado de una refinada sensibilidad y de medios técnicos que le permiten manifestarse con notable soltura.

Su primera publicación fue Retratos. Realizado en blanco y negro, y tuvo como inspiración al fotógrafo argentino Humberto Rivas.

Fue nombrado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes.

Realizó a lo largo de su trayectoria pinturas en óleo y témpera, dibujo a lápiz y pincel.

En 1937, obtuvo una medalla de oro en la Exposición Internacional de París.